Estaba en la preparatoria cuando lo conocí, él era mi profesor de lógica, tenía 25 años, solo era nueve años mayor que yo y no sé si era por mi percepción adolescente pero encontraba fascinante que él era un tipo muy atento e inteligente, de cierta forma me gustaba pero nunca intente nada con él, solo trataba de ser buena en su clase para después poderle hacer platica y conocer sus intereses.
Pasaron los años, yo ya tenía 21 años, ese día había una feria del libro y una autora que me gustaba mucho iba a hacer una lectura, llegue temprano y me senté en primera fila, la lectura fue de lo mejor, cuando me dirigí a la salida vi un rostro que me resultó familiar, me acerqué un poco más a él y descubrí que era aquel profesor con el que fantaseaba en mi adolescencia. Me acerqué a él.
-Profesor Vázquez, que gusto verlo- le dije y lo salude aun un poco lejos de él.
Volteo con una expresión extraña y al verme me sonrió con sorpresa, me recorrió de pies a cabeza con la mirada, yo había cambiado bastante desde la preparatoria, había crecido varios centímetros, mis senos y mi trasero eran más voluptuosos, ya no usaba braquets y era más confiada, lo único inconfundible de mi era mi largo cabello castaño casi rojizo y mis grandes ojos verdes.
-¿Giselle, eres tú?- me preguntó sorprendido.
-Sí, me volví fan de esta escritora desde que nos dejó de tarea leerla en la escuela.- le sonreí coqueta
Seguimos hablando unos cuantos minutos, noté que él también había cambiado, ya ...
... no se veía como un recién egresado de la universidad, ahora parecía un hombre más centrado y maduro, se notaba que había embarnecido porque ya no era tan delgado, incluso parecía un poco fornido y se había dejado crecer un poco la barba. Ahora lo notaba más atractivo que en la escuela.
-¿le gustaría ir por un café y podríamos seguir platicando?- le dije amablemente
-No me hables de usted, me siento raro ahora que ya eres toda una mujer, dime Carlos- hizo una pausa y me tomo del hombro.-me encantaría seguir con esta plática pero voy a ver a unos amigos en un bar.
-Está bien, otro día será- le dije y me di la vuelta
-Hey, Giselle, ¿por qué no me acompañas? Podríamos seguir ahí nuestra conversación es un lugar tranquilo.
Voltee y le sonreí, salimos de la feria del libro y tomamos un taxi, seguimos platicando durante el camino y llegamos a un bar bastante íntimo, sus amigos ya estaban en una mesa tomando cerveza y nos unimos al grupo, yo no tenía problema con estar con personas más grandes que yo, de hecho casi todos mis amigos tenían más o menos la edad de Carlos.
Carlos y yo seguimos platicando, luego de un rato se levantó de la mesa a hacer una llamada.
-Nunca trae chicas y menos tan guapas- me dijo uno de sus amigos
Le sonreí y le pregunté si sabía la razón de eso, me dijo que hace unos meses había terminado con su novia con la que tenía planes de casarse. Me pareció un poco triste la situación pero sabía que si hacia las cosas bien, esa noche podría ...