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Juntos y revueltos
Fecha: 28/08/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... hasta que Alex se pone boca arriba. Maite se monta sobre sus caderas e introduce el pene de Alex en su vagina cabalgándolo frenéticamente. El otro chico la acariciaba sin cesar, besaba su espalda y la abrazaba por detrás exprimiendo sus pezones. En un momento Maite se queda quieta y se recuesta sobre el pecho de Alex levantado su culo. Podía ver como el pene de Alex seguía introducido en la vagina de Maite. El otro chico se acomodó por detrás y empieza a introducir lentamente su pene por el ano de mi amiga. ¡Se la estaban follando entre los dos! Estaba siendo doblemente penetrada. ¡Era una imagen discordante! Maite se movía desaforadamente para adelante y para atrás. Alex para arriba y el otro chico para abajo. Maite solo gritaba de placer, nada más que de un intenso placer. En realidad eran muchos los gemidos que se escuchaban. La fiesta se había convertido en una orgía pura y dura. Parejas por todas partes tocándose, acariciándose y follando. Todos daban rienda suelta a sus instintos más básicos. Una chica masturbaba a dos chicos, a uno con su boca y a otro con su mano alternadamente. Otros se masturbaban mirando a las parejas. Seguía muy excitada y caliente. El breve encuentro con Alex y toda la visión que había ante mis ojos tenían alborotada totalmente mis hormonas. Me senté al borde de la piscina, abrí mis piernas y llevé los dedos a mi vagina, separé los labios buscando el clítoris, que estaba duro como piedra. Me comencé a masturbar frotándolo ...
... circular y suavemente. Mientras lo hacía, buscaba a Andrés con la mirada. No estaba por ninguna parte. Estaba al borde del orgasmo pero no me podía concentrar totalmente. Así que decidí salir de la piscina y buscar a Andrés. Me cubrí con una toalla y entré a la casa. Dentro reinaba un silencio absoluto. De pronto escuché un leve gemido de goce y me dirigí a mirar quien era. Estaban dos chicas haciendo una intensa tijera. Me quedé unos instantes viendo como sus vaginas húmedas y calientes se frotaban una con otra dejándose llevar por el intenso placer que eso entregaba. No estaba Andrés entre ellas. Subí a la segunda planta. Me dirigí a la única habitación que tenía una tenue luz encendida y entré. Allí estaba Andrés. Una chica muy joven lo cabalgaba entusiasmada con su cuerpo y cabeza echada hacia atrás. Se movía suavemente con los ojos cerrados. Estaba disfrutando en un estado de éxtasis tan profundo que ni siquiera me oyó entrar. Los estuve observando durante un rato y me excité intensamente otra vez. Llevé nuevamente los dedos a mi vagina y me empecé a masturbar mientras miraba como Andrés subía y bajaba sus caderas penetrando profundamente a la chica. Imaginaba lo que ella estaba sintiendo. Su duro, grande y firme pene desgarrando sus entrañas, penetrándola hasta lo más profundo, haciéndola volar una y otra vez por los universos desconocidos del placer. Hasta que la voz de Andrés me hizo salir del hechizo. – Entra Fabiola, no te quedes ahí parada - . La ...