... inseguridad; era el primero que comía, ella y su novia aun no lo habían hecho, se sentía culpable, pero la mujer exclamó:
β¡Oh, sí! Tranquila niña tu novia también comerá de él esta noche. β Sus caderas se movían rítmicamente marcándole el movimiento a las lamidas inexpertas de la adolescente, Claudia no entendía la declaración de la mujer estaba concentrado en el sexo que lamia apenas consiente de algo más.
La mujer comenzó a hablar de manera vulgar lo que inexplicablemente excito más a Claudia:
β Eres una come coño natural putilla ¡Chupa mi clítoris! β Claudia obediente succiono el botón rosa de la mujer esta volvió a gemir:
β ¡Zorra! β Exclamó. β Suave que no quiero correrme todavía. β
Tomando a Claudia nuevamente del cabello la levanto y la volvió a besar, le beso el cuello tomando la blusa de la joven tiró de ella hacia arriba Claudia levantando los brazos la prenda se deslizo fuera de ella, la pelirroja Mircalla la abrazó y beso de nuevo el cuello de la chica, los agudos dientes de Mircalla se hundieron en la piel de Claudia la muchacha gimió:
β¡Ah, ah! β la pelirroja bebió de la sangre que manaba de la pequeña herida gimiendo dijo:
β Sabes tan bien zorrilla. β A Claudia le calentó que la trata de manera tan desagradable, no se lo podía explicar. La mujer siguió besándole el cuello tranzando una línea de besos saliva y sangre recorriendo el cuello y pecho de la chica, la mujer lamió y besó los alegres y medianos senos de la joven exclamando:
β ...
... ¡Oh Dios! Que ricas tetas tienes niña β Dijo besándola de nuevo en la boca.
La mujer pelirroja haciendo presión en los hombros de Claudia; esta se volvió a hincar, volviéndose le dijo:
β Zorrilla, cómeme. β
Enterrando el rostro de Claudia entre sus nalgas, la muchacha morena vio el ano rosa de la mujer su boca se hizo agua, con lujuria percibió el aroma del agujero trasero afrutado y floral con cierta inseguridad y desazón por la degradante tares comenzó a lamer el agujero rosa trasero de Mircalla. La pelirroja gimió:
β ¡Oh, sí! Putilla. β La pelirroja comenzó a contonear el culo.
β Si putilla cómeme el culo. β Claudia sin saber porque, pero cada vez que la mujer que la mujer la trataba de puta se excitaba más, lamia con más seguridad, tomándola de las caderas lamia desde la raja del coño hasta el ano de la mujer.
La mujer gemía sintiendo la lengua traviesa de Claudia a través de sus agujeros íntimos, se acercó a la cama dejando a Claudia confundida, sentó en la colcha y abriendo sus piernas se acostó por completo y flexionando las rodillas ordenó:
β ¡Arrástrate, zorrilla y entierra tu dulce boca en culo! β Claudia gateo en cuatro patas viendo el coño y el culo de Mircalla; el sexo madura la humedad blanquecina escurría hasta el ojote del culo. Claudia llego con la mujer y lamió del clítoris al ojote de Mircalla esta gimió:
β ¡Oh sí! Chúpame más βDijo la mujer.
Claudia obedeció dando lamida de arriba abajo desde el clítoris al ano de la pelirroja, ...