1. KARNSTEIN


    Fecha: 19/08/2022, Categorías: Lesbianas Autor: corvus, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuenta que eran la medianoche.
    
    Iba a ir a cerrar la ventana cuando vio a una figura junto a esta Claudia sofoca un grito de terror, la única iluminación en la habitación era los rayos de luna y la luz de la portátil que parpadeaba, estaba por agotarse la batería.
    
    La figura era la de una mujer que contemplaba la luna su cabello era oscuro, aunque Claudia ignoraba su verdadero color, era esbelta y llevaba un camisón demasiado largo incluso para ella. La mujer se dio la vuelta; y Claudia pudo contemplar el rosto pálido de la mujer sus ojos eran oscuros y brillaban en la penumbra de la habitación, sus labios eran carnosos voluptuosos incluso Claudia pensó que su hermana tendría celos. Un cuello grácil se asomaba de bajo de la cabeza, el camisón era de delgada tela los senos de la mujer generosos redondos con los pezones rosados se veían a través de la fina tela.
    
    La mujer se acercó a la cama de Claudia, Claudia quería gritar, estaba aterrada, pero inexplicablemente caliente, la mujer que debería tener unos cuarenta y cinco años como su madre parecía iluminar la habitación con forme avanzaba a la cama de la adolescente, Claudia encendió la lámpara de noche; un haz de luz blanca se sumó al misterioso resplandor de la mujer; ahora podía apreciar bien el color del cabello de la intrusa era de un rojo intenso casi parecía resplandecer. Claudia simplemente se sentía atraída por esta mujer.
    
    Al estar la mujer frente a Claudia sonrió; sus ojos brillaron eran fríos oscuros, sus ...
    ... dientes eran prefectos blancos y agudos muy agudos. Claudia tenía miedo y expectación la sonrisa de la mujer se ensancho. En sus ojos azabaches brillo el hambre y la lujuria.
    
    Claudia no podía creer, pero allí estaba contemplando a esta mujer su grito enmudeció en su garganta:
    
    — No grites niña— Dijo la mujer. — Ahora debes servirme esta noche—Terminó la mujer de cabellos rojos.
    
    Claudia estaba estupefacta no hacía más sino agarrar y soltar las sabanas de entre sus manos que cogió para taparse.
    
    La dama volvió a hablar:
    
    — Mi nombre es Mircalla de la familia Karnstein— Dijo abriendo sus delgados brazos con dedos y uñas cortas.
    
    — He estado en un limbo; ni he cruzado al otro lado, pero tampoco he permanecido aquí. He estado consiente del paso del tiempo desde que pude escapar, ahora estoy sedienta y hambrienta. Claudia que se espabilaba otra vez:
    
    — Te puedo traer algo de comer y beber— Dijo sintiéndose estúpida cuando hablo en un susurro.
    
    — Niña todo lo que necesito está en esta habitación— Dijo la mujer llamada Mircalla sentándose en la cama al lado de Claudia.
    
    — ¿Cómo te llamas dulce criatura? — Y acaricio el rostro de Claudia. La joven se estremeció con el tacto frio de la mujer.
    
    El pecho de Claudia subía y bajaba incontrolable, su respiración esta agitada el aroma de Mircalla le lleno el olfato; era afrutado y jazmín con un rastro de tierra, su aliento tenía un aroma metálico y dulzón a sangre. Aunque Claudia estaba aterrada y n poco mareada Claudia ...
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