Esclavitud en cuarentena: Día Nº 1
Fecha: 01/08/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: zuufeer, Fuente: CuentoRelatos
... que tomé la otra pinza y repetí el proceso. Al soltar las boquillas hirviendo los gritos volvieron a inundar la sala.
Di unos minutos a que su cuerpo se acostumbrara al dolor. Me acerqué, la tranquilicé, limpié sus lágrimas y la besé.
-Listo el castigo #1 de hoy. Ahora vas a seguirme de rodillas al cuarto de juegos. Ahí recibirás tu segundo castigo y tu iniciación de bienvenida.
Le puse la correa y ella inmediatamente se tiró al piso y empezó a gatear detrás de mí. Caminamos hasta llegar a mi cuarto de juego, una zona llena de objetos de tortura, látigos, consoladores de todos los tamaños, máquinas, mesas de “trabajo” y muebles para posiciones sexuales. La cara de la esclava era una combinación entre una niña en una juguetería y la reacción a una película de terror.
-¿Qué opinas mi perrita?
-Opino que voy a sufrir mucho acá adentro.
-Así es. ¿Lo vas a disfrutar?
-Si mi amo.
La llevé hasta el centro de la habitación en donde está la mejor mesa de “trabajo”. Es una mesa hecha a la medida, blanca, fría, de fibra de vidrio. Esta mesa tiene 4 grilletes, uno en cada esquina y alrededor tiene diferentes anillas para poder realizar todo tipo de amarres con cuerdas. Además, se puede subir y bajar a diferentes alturas.
Bajé la mesa casi al piso y la hice subirse, quedando en ella en la posición de “perrito”. Amarré cada extremidad en los grilletes, de esta forma no tenía voluntad alguna sobre su cuerpo y por último levante la mesa hasta una altura a nivel ...
... de mi abdomen. Ella se veía asustada, pero la excitación y el placer eran algo mayor.
-Ahora estás lista para mi segundo castigo. Este no será tan intenso como el anterior, pero si más largo y muy doloroso. Por eso te necesito amarrada, para que no tengas a donde ir ni a donde moverte.
Me excité con solo ver su carita llena de miedo. Fui hasta la pared con los instrumentos de azote y tomé una varilla de bambú especial para azotar. Se la enseñe de frente y la agité para que escuchara el movimiento de la fusta.
-Vas a obedecerme por 40 días. Necesito que entiendas bien esto. Para que no se te olvide, serán 40 azotes en tus nalgas con todas mis fuerzas. ¿Está claro?
-Si amo
Ella respondió con firmeza, pero de sus ojos salían un par de lágrimas de miedo. Me coloque detrás de ella, viendo sus grandes nalgas a mi completa disposición. Su color blanco me encantaba, pues mostrarían las marcas y las llenaría de color rojo intenso. Levanté mi brazo y con todo el impulso agité la varilla de bambú hasta que esta impactó las dos nalgas de lado a lado, seguido de un sonido claro: Zaaa
-Ayyy!! Un momento, por favor.
En sus nalgas se marcó una línea horizontal en color rojo, que empezó a inflamarse. No la dejé continuar su discurso soltando otro fuerte azote.
-¡No, no, no! No sabía que dolía tanto. Por favor no.
El tercer azote cayó en ese momento, arrancándole otro alarido y desbordando las lágrimas de sus ojos.
-Se lo ruego, no voy a aguantar 40 azotes, por ...