Entre viejos y vagabundos
Fecha: 09/06/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Tabú
Sexo Interracial
Autor: Femmefatale969, Fuente: xHamster
... con los del cole, acuéstate”. Avancé decidida hacia la caseta, empujé la puerta, joder, casi me caigo para atrás del olor, era brutal, olía a rancio, un olor fuerte, mezcla de sudores sin lavar hace tiempo, pis, tabaco y basura que lleva días sin tirarse. Me dieron varias arcadas, pero el asco que sentí no hizo sino elevar mi nivel de excitación.Ahí, de pie, en medio de la puerta, miré hacia dentro intentando acostumbrarme a la penumbra. Había un par de bultos acurrucados en un rincón. Se removieron un poco pero no se despertaron. El antro era asqueroso, lleno de basura por todas partes, clínex manchados de sangre, colillas y restos de comida que un perro con mil pulgas trataba de apurar.- ¿Quién cojones eres y qué haces aquí? No le había oído llegar, por detrás de mí, un hombre, alto, con pinta de magrebí, de unos 40 ó 45 años, y con las manos aun guardándose la polla dentro del pantalón me miraba retador.- Vaya, vaya, se va uno a mear y le invaden la casa, ¿qué quiere señora? Este no es un lugar para usted. Su acento me confirmó que era moro o algo así.Me limité a sacarme el abrigo, dejarlo en un lado y comenzar a desabotonar mi blusa. El tipo no se fiaba mucho, me miraba con ojos de asombro y la duda en la cara:- Venga señora, no me joda, que al final se va a arrepentir, déjeme en paz que no quiero líos. Pero yo ya había abierto mi blusa del todo, había desabrochado mi sujetador y mis dos tetas estaban bailando retadoras delante del moro.- Usted lo ha querido, dijo en ...
... voz alta como justificándose por todo lo que iba a pasar. Se lanzó con sus dos manos a por mis tetas, directamente agarró mis pezones con sus dedos, tiró con fuerza, tanto, que me arrastró hacia él un poco, gemí. Sus dedos eran como pinzas, sus manos duras, rugosas, me estrujaban las tetas como si fuesen de plastilina.Aquello me encendió aún más, hace ya mucho tiempo que descubrí cómo la mejor manera de excitarme sin remedio es ser tratada como una puerca. Una de sus manos soltó mi pezón y buscó mi boca, me metió dos dedos hasta la garganta, a la vez que decía: - Vamos a ver de lo que eres capaz zorra pelirroja. Yo contuve un instante la respiración, esos dedos, manchados y malolientes jugueteaban con mi lengua. Se paró, me miró y me dijo: - Última oportunidad. Mientras me señalaba con la cabeza a la puerta.Le miré a los ojos, me quité la falda quedándome sólo con las medias y el tanga, me puse de rodillas delante de él, sin hablar me limite a buscar con mis manos la cremallera de su pantalón, la bajé, y agarré su polla con decisión. El olor era terrible, debía hacer semanas que no se duchaba, pero mi puta interior estaba enormemente crecida y ya no podía parar. La saqué entera, era enorme, no sé, igual podía medir 22 ó 23 centímetros, le bajé toda la piel del capullo y me la metí en la boca. El sabor a pis era aún mayor que el del viejo, pero una vez llegada hasta allí no podía parar, seguí poco a poco metiéndomela en la boca, lamiendo ese tronco duro y venoso, tenía como ...