1. Buenas tardes, venía a depilarme


    Fecha: 10/06/2022, Categorías: Lesbianas Autor: franmm, Fuente: CuentoRelatos

    ... tembloroso, agarrada a la camilla, suplicaba que parara.
    
    -No podemos dejarlo así. Solo un poco más. Voy a pedir a una compañera que venga a ayudarme.
    
    Volvió a los dos minutos con otra chica que agarró por la espalda los hombros de Alicia a la camilla.
    
    -No te puedes mover, es por tu bien. En 5 minutos habremos terminado. – Escuchó a su espalda Alicia. Aunque no se podía mover no paraba de temblar.
    
    Estaba muy asustada. Desnuda totalmente, con sus piernas abiertas mientras dos desconocidas la tenían a su merced. Otro tirón, otra lágrima, otro grito. Intentaba incorporarse para ver su entrepierna, pero la esteticista que la tenía agarrada no se lo permitía.
    
    -Ya queda menos. Tranquila, solo tienes que aguantar un poquito más.
    
    Notó las manos de Marta en su vagina. Parecía que había terminado. Suspiró. Estaba exhausta.
    
    -Lo has hecho muy bien Alicia.
    
    Alicia empezó a relajarse y respirar. Las manos de la otra chica se despegaron y pudo incorporarse para verse. Tenía toda la zona roja, pero sin rastro de vello…
    
    -Está un poquito rojo, no te preocupes, ahora te daré un masaje con crema para que la piel se relaje. Y tú también. –Le dedicó Marta con un guiño de ojo mientras veía los ojos llorosos de la pobre chica. – Pero antes tenemos que terminar… Date la vuelta y ponte a cuatro patas, por favor.
    
    -¿Cómo? –Balbuceó Alicia.
    
    -Sí, necesitamos ahora depilar la parte del ano. No podemos dejarlo así. Será solo un minuto, ya verás.
    
    La chica ya no era capaz ni ...
    ... de oponerse. Muy despacio se incorporó en la camilla y se dio la vuelta. Sumisa, se puso a cuatro patas sobre la camilla, con su precioso culo en las manos de la esteticista. Marta no podía apartar su mirada de ese precioso cuerpo. Sus pechos caían perfectos. No podía dejar de pensar en el masaje que le iba a dar.
    
    -Ya no es necesario que nos ayudes Rocío. – Le comentó a su compañera. Quería quedarse a solas… -Alicia ya está mucho más tranquila, ¿verdad?
    
    -Sí… -contestó con un hilo de voz.
    
    Alicia ahora no podía ver nada, notaba como las manos enguatadas recorrían su trasero. Notó cómo la banda de cera se pegaba justo a su ano y unos segundos después… No pudo evitar el grito ahogado. Arqueó su espalda. Escuchó lo que más deseaba escuchar…
    
    -Hemos terminado.
    
    Alicia se dejó caer, bocabajo, en la camilla. Ya no le importaba estar desnuda, no le importaba la sensación de humillación y vergüenza que había sentido. Solo quería que aquello terminara y marcharse a casa, nunca más volvería a depilarse su zona íntima. Empezó a llorar, sus lágrimas empaparon la sábana de la camilla.
    
    Marta la dejó desahogarse, sabía el mal rato que había pasado. Poco a poco se fue tranquilizando y fue consciente otra vez de como estaba y donde, desnuda a los ojos de una desconocida. Empezó a notar mucho escozor en la zona de su vagina. Instintivamente, bajó sus manos para tocarla. Estaba totalmente depilada, no había rastro de pelo, pero la irritación le ardía, por más que intentara tocar ...