Entre mujeres
Fecha: 16/05/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: esperanza, Fuente: CuentoRelatos
Si estás al tanto de mis gustos, sabes que me masturbo viendo pornografía de mujeres. Cada que estoy sola, saco todos mis juguetes y me divierto con ellos. Especialmente con uno que lo pego en al piso y me siento encima de él, abro mis piernas y coloco mi vibrador en mi clítoris. De repente siento que me entumece los labios mayores y mi dildo está mojado, empiezo a moverme hacia arriba y hacia abajo y en segundos mis oídos son sórdidos y mi cabeza se embomba, confirmándome que he tenido un delicioso orgasmo. Me levanto y meto el plástico en forma de pene a mi boca, para saborear mis propios fluidos. No se describirte el sabor, solo te puedo decir que si lo pruebas te envicias, ¿te gustaría probarlo?
Te confieso que me encanta ver un par de mujeres lamiéndose la vagina, a veces busco fotos de vulvas mojaditas y les pongo zoom para ver mucho mejor su clítoris rosadito, me encanta imaginar que yo estoy ahí metiendo mi lengua por dentro y que su flujo blanco se queda en mi boca. De solo recordar esos momentos siento que mi cosita se empieza a hinchar y seguramente cuando termine de escribir este relato iré al baño y veré pornografía de lesbianas.
El viernes pasado salí con tres amigas a tomar vino. En la charla una de ellas nos contó que había hecho un trio y en medio de mi curiosidad le pregunté cómo había sido. Al narrarnos su experiencia mi mirada hacia a ella cambió y quería que me detallara todo y en privado. Al finalizar nuestra tarde de amigas, le pregunté a Laura ...
... si quería la llevara a su casa y aceptó.
Mientras iba conduciendo le pedí que me especificara su experiencia y a medida que lo hacía imaginaba cada escena. La miraba por el retrovisor y su cabello rubio, sus tetas pequeñas, su cintura delgada y sus largas piernas, hacía que mis labios se resecaran. Al llegar a su casa me pidió que pasara a tomar otra copa de vino y sin tener otra opción acepté.
Nos sentamos en el sofá y al estar tan cerca me sentí un poco incómoda y mi rostro estaba tenso. Me pidió recostarme para que me relajara. Me acomodé, tomé un sorbo de licor y de repente sentí que tenía su mano encima de mi pierna. La miré a los ojos y tenía las pupilas dilatadas, bajé un poco mi mirada y aprecié sus pezones marcados por encima del vestido, me acerqué un poco más y coloqué mi mano en su cintura, la fui bajando hasta llegar a la entrepierna y para mi sorpresa no tenía panties y su cosita estaba muy mojadita - ¿te gusta? – preguntó. Me enloquece – respondí.
Al ver mi cara de novata se sentó encima de mí, rodeándome con sus piernas, levantó mi blusa y al ver mis tetas las acarició, se acercó a mi cuello y con su lengua humedeció mi oreja, su respiración fuerte parecía doparme y envolverme en la excitación más intensa. Metió su mano a la vulva y mojó sus dedos con los fluidos que estaban saliendo de allí, los metió a mi boca y entonces parecían toxinas adictivas para mí.
Se levantó y me quitó el jean que llevaba puesto, se arrodilló y me pidió abrir las piernas. ...