La Chica Del Callejón
Fecha: 08/04/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... muchacho se inclinó hacia delante a medida que el dolor subía por su bajo vientre y sus piernas temblaban más. Gracias a los grilletes en sus muñecas no se podía desplomar en el suelo, y tampoco podía sujetar sus pelotas, sin perder tiempo Alicia le dio otro golpe y Julio tosió débilmente. El dolor invadía cada célula de su cuerpo y aquella sádica no sería nada amable.
“Que patético… vamos a hacerlo más interesante,” comentó Alicia y tiró con fuerza de sus bolas. Julio lanzó un grito ahogado por la mordaza a medida que un zumbido comenzaba a molestar sus oídos.
Escuchando una risa lejana, volvió a sentir el rigor del puño de Alicia; que asestó un golpe tras otro sin pausa. Lo único que pensaba Julio era que sin duda alguna, el diablo debía ser mujer y que debía ser Alicia. Luego de pasar más de un minuto golpeando sin tregua, los resultados empezaron a ser más evidentes, sus testículos estaban ya el doble de hinchados y tenían un color rojo intenso y brillante. Alicia los observó por un segundo antes de palmearlos sin delicadeza, arrancándole más gritos amortiguados de dolor.
“Si… esto es lo mejor en el mundo. Tenerte en mi poder, y dañarte esas ridículas pelotas,” dijo Alicia pero Julio apenas podía oírla, mareado y dolorido por la cantidad de golpes sufridos en su punto débil.
Dándole unos segundos de descanso, la chica volvió a buscar en su bolsa y aparentemente no encontró lo que necesitaba. Sin embargo, eso no la frenaría y poniéndose de pie, apoyó sus ...
... suaves manos en los hombros de Julio; que respiraba débilmente. Sin dudarlo y con una sonrisa de satisfacción, Alicia movió su rodilla y la estrelló de lleno contra los huevos de Julio, que tuvo arcadas al sentir ese potente rodillazo.
Al siguiente, posó su barbilla sobre el hombro izquierdo de ella, el zumbido en sus oídos era mayor y, cebándose con sus cojones; Alicia asestaba un rodillazo tras otro, dejando escapar gemidos de placer al sentir como le aplastaba los hinchados testículos contra su propio hueso pélvico. Una inesperada humedad en su entrepierna y un estremecimiento le indicaron a la joven que estaba teniendo un orgasmo.
“Joder… que ganas tenía de hacer esto de nuevo, pronto acabará el sufrimiento,” dijo Alicia al oído de Julio, que solo tenía arcadas al no poder dar un grito de dolor.
Después de varios minutos atacando la zona con su rodilla, la chica se separó y volvió a examinar los huevos de Julio. Estaban en una condición lamentable, hinchados como un pomelo, con un insano color rojo y colgando más abajo que al inicio. Satisfecha con el progreso alcanzado, Alicia se agachó y los exprimió el uno contra el otro, un débil quejido se oyó de parte de Julio, que de no ser por los grilletes estaría en el suelo, agarrándose los maltrechos huevos y pidiendo ayuda.
Aprovechando el tamaño de esas pelotas, Alicia comenzó a golpearlas como si de una pera de boxeo se tratase. Su víctima cerró los ojos, deseando desmayarse pero para su mala suerte aquello no ...