Aprovechando las circunstancias (Cap. 2) - Relatos Eróticos

Aprovechando las circunstancias (Cap. 2)

Después de unos días de entrenamiento más las reglas básicas de servicio doméstico las perras aprendieron que hacer y como comportarse estando ante su Dueña; se acostumbraron a agachar la cabeza, a besarme los pies mostrandome respeto y sobre todo usar un tono bajo de voz para demostrar que eran inferiores a mi.

Una vez adiestradas en el arte de la obediencia ciega y sumisión total les enseñe a decir con señas lo que necesitaran, ya que se les había restringido el privilegio de poder hablar, así que les enseñe algunos movimientos fáciles de recordar, los más básicos para hacerse entender fueron solo tres para pedir sus cosas:

Estando a cuatro patas para pedir comida se debía levantar dos veces la pata izquierda.

Deben sacar la lengua como perras cuando deseen beber un poco de agua.

Deben mover el trasero como un perro la cola como muestra de querer salir al jardín y hacer sus necesidades.

Ya para esos días habian perdido ya el 90% de su voluntad por lo que pronto pude anunciarlas como perras domesticas a modo de renta por mes, lo cual no me costó nada conseguir clientas, ya que el servicio doméstico es muy solicitado, consiguiendo colocar a todo el lote en pocos días, la mayor ventaja es que al ofrecer a estas sumisas aun cuando la pandemia siga, mis ingresos con la renta de esclavas domésticas sigue produciendome ganancia ya que para cubrirme el servicio basta un traspaso interbancario.

A los pocos días llame a mi clienta que sin saberlo la había puesto a ...

... trabajar para mí, ya que gracias a ella me estaba ahorrando mucho dinero y esfuerzo yendo a comprar esclavos, ya que ahora me llegaban la puerta de mi hogar y con la ideologíde que se les colocaría en un trabajo bien remunerado.

decidí hacerle creer que le invitaba a ser parte del negocio y así no se diera cuenta que solo la uso a mi antojo como una simple y vulgar proveedora de esclavas ordenandole mandarme incautas cada vez que yo así las vaya decidiendo o requiriendo, ocultarle que la uso como esclava para mantener mis ingresos fu muy sencillo diciendole que ella se encargaría de conseguir la mercancía y que yo llevaría la parte de acomodarla y cobranza, a lo cual tal parece que ella no se percató del engaño al haber aceptado enseguida.

Las solicitudes volvieron para tener perras domésticas volvian a empezar a lloverme por lo que ordené que mi provedora ese mismo día me mandara un lote igual; cité a mis clientes para una hora determinada para asegurarme de ya tener en existencia la mercancía.

Al momento que ellas llamaron a la puerta les hice ponerse cómodas para así explicarles la mecanica para adquirir la mercancía a lo cual esas nuevas clientes quedaron complacidas pagandome 5 millones de euros, los cuales conformaban un mes de renta, un mes adicional de seguro qu me ampara por si la cliente se arrepiente del trato y yo me quedo con un colchon económico mientras logro rentarle de nuevo y el 50% para dejar apartada su mercancía.

Las clientes solicitaron se les ...