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Vuelta al hogar
Fecha: 01/04/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: picante100, Fuente: CuentoRelatos
Verónica (a partir de ahora Vero) había vuelto a casa después del curso en la universidad, contaba con veinte años. Había sido un curso muy divertido y bien aprovechado. Había superado sus clases con muy buenas notas y además había descubierto una forma de sentir y de disfrutar que nunca pensó que existía en su interior. Había descubierto la sumisión y cada día interiorizaba más esa sensación de obediencia y entrega. Antes de volver a su pueblo le habían tatuado en una nalga y en la mano izquierda entre el pulgar y el dedo índice el símbolo del infinito acompañado de un triskel. Vivía en una granja con su padre que había quedado viudo hacía unos pocos años. Ese día estaba sola ya que su padre había dado permiso a los dos trabajadores que solían ayudarle en las tareas de la granja. Había ido a la ciudad a hacer unas gestiones y estaría de vuelta por la noche. Ella se había vestido con un vestido de falda larga que tenía de hace varios años y que se le había quedado un poco largo y la falda casi le llegaba a los pies, pero no le importaba. Cogió un libro y se sentó en el porche de la edificación principal tomando un poco el aire. En esa zona de la región las granjas estaban separadas por un par de kilómetros por lo menos. En la granja de al lado mientras tanto Javier había descubierto que se había quedado sin combustible en la segadora y quería terminar de segar el césped del jardín, pero no le apetecía ir hasta la gasolinera y como solo necesitaba un par de ...
... litros pensó en ir caminando a la granja más cercana. Su dueño le caía simpático. Javier se había mudado hacía un par de meses y su vecino le había ayudado a poner en marcha todo así que seguro que le prestaría ese par de litros que le faltaban. Bajó y cuando llegaba a la casa del vecino vio a una joven en el porche leyendo. Qué bombón, pero no la conocía, no sabía quién era. -Buenos días, soy Javier el vecino de la granja que hay más al sur. Creo que no nos conocemos. -Yo soy Vero, la hija de Fernando. -Había venido para ver si tu padre podía dejarme un par de litros de combustible para la segadora. -Pues ven conmigo que voy a coger la llave del candado donde lo guarda. Javier iba tras la chica y pudo comprobar por cómo se pegaba el vestido al cuerpo de la joven que era un auténtico bombón. Cuando entraron en el cobertizo donde Fernando tenía las herramientas Vero se acercó a una pared e intentó coger unas llaves que colgaban de un gancho. Al estirar la mano para acceder a ellas Javier observó el tatuaje en su mano y se dio cuenta de lo que significaba. Lo había visto en algunas sumisas y sumisos. Estaba sorprendido y muy alucinado. Él y su mujer eran Dominantes, habían comprado la granja para adecuar una parte para construir una mazmorra y una zona de juegos para poder invitar a gente del BDSM. La construcción de su zona ya la había empezado. Quedaban unos ajustes que hacer. Lo había hecho todo subterráneo y que se accediera de forma discreta desde su ...