El fetiche de la vendedora
Fecha: 21/02/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Geronimo68, Fuente: CuentoRelatos
... lamí detrás de las orejas. Besé su cuello dejándole la marca de un chupón.
-No me haga daño, agente… soy una buena chica… no hice nada…
-Eso lo veré… veré si no esconde nada. Metí la mano por entre sus piernas y la acaricié con rudeza. La empujé sobre una mesa para que quedara más expuesta. De un tirón bajé el cierre de la pollera y se la dejé caer. Menudo culo guardaba dentro de esos calzones de aspecto antiguo. Se los corrí a un costado y fui directamente a meter un dedo en su concha. Gimió. Metí y saqué el dedo, removiéndolo en su interior apenas húmedo.
-Aquí no hay nada… veremos acá… y de un golpe le mandé el dedo en el culo, haciéndole dar un respingo.
-Ay… que rudo, agente… pero revise bien, revise y asegúrese de que no escondo nada!
Saqué el dedo, lo escupí y se lo volví a meter. A meter y hurgar en el estrecho agujero anal. Ya para entonces tenía la verga bien dura y la dejé salir. –Revisaré más profundo le dije… y de un solo golpe le penetré la concha…
-Ay, ay… así, revíseme bien… así. Que buen pedazo de detector tiene usted! Si no supiese que es usted un correcto agente, pensaría que me está cogiendo!!!
-Para nada, le dije mientras bombeaba en su ...
... interior e iba haciendo que se terminara de humedecer.
-¿No encuentra nada, agente?
-Todavía no llegué al fondo, le respondí antes de dar el empujón que dejó chocando mi pelvis contra sus nalgas y toda la verga dentro.
Con una mano sostuve su cadera y con un dedo de la otra le volví a escarbar el culo. A medida que aumentaron mis empujones, su respiración se hizo más agitada y movió las caderas para invitarme a que la cogiera más fuerte. Apenas llegó al orgasmo, saqué la pija de la vagina, la apoyé a la entrada del culo y se lo invadí.
-Aaaaah… me duele… pero no la saque. Soy una mala chica y puedo ocultar algo… busque, busque!
Fue casi una violación con tan recia entrada! La penetraba y la azotaba con la palma de la mano, dejándole las nalgas rojas. Bombeaba con golpes espaciados y profundos. Cuando sentí que estaba a punto de acabar, se la saqué e hice que se arrodillara frente a mí para descargarle la leche en la cara. Se relamió para juntar lo que le quedó cerca de la boca y me sonrió burlona.
-Quería esa leche en el culo… pero supongo que tendrá usted más, agente…
-Claro… esto aquí no termina… toma y chupa hasta dejármela limpia o sí que te castigaré…!
Geronimo68