La otra Marta
Fecha: 29/01/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos
Fuera en la calle llovía intensamente, lejos el sonido de la tormenta. Pasé a la habitación de la otra Marta, miré la foto era ella. Tuve que recordar y retroceder seis años, cuando mi prima Irene me invitó a su despedida de soltera. Faltaban casi dos meses para su boda, pero decidió aquel viernes porque tenía una agenda muy justa de días libres. Me vestí con una blusa de seda negra y una falda de piel granate a juego con mi cazadora, para la ocasión me di un poco de color a las mejillas y me pinte los labios, no suelo maquillarme.
En total entre solteras y casadas éramos doce o catorce mujeres, compañeras suyas de trabajo y amigas. Entre ellas una grata sorpresa estaba Sole, amiga también de veraneos en un pueblo de la costa, había perdido el contacto y hacía mucho tiempo que no sabía nada de ella. Con más años, era la mujer que desde niña se veía venir, presumida con su media melena rubia, mirada tranquila, media sonrisa, con dos tetas que se insinuaban de campeonato al igual que las nalgas, su tendencia a estar rellenita continuaba, estaba casada pero sin hijos.
Estuve a su lado durante la cena, después de tanto tiempo comentando de nuestras vidas. Finalizando la cena entrega de regalos, como es de imaginar algunos de ellos con marcada picaresca, todo aderezado de los típicos comentarios. Después nos repartimos en coches para dirigimos todas a un club nocturno donde se realizan shows de strippers. No era de mi total agrado pero no quise contradecir a mi prima, me ...
... tocó ir en el coche de Sole. Ella también con nosotras, aunque ya la había observado en la cena, fue la primera vez que la tuve más cerca, en competición con mi altura me ganaba en tacones, con chaqueta de piel negra, vestido rojo cortísimo, medias negras, zapatos negros de tacón aguja, melena castaña suelta, maquillada y con un rojo intenso en los labios.
Al entrar en el coche nos inspecciono de pies a cabeza. Sole con un vestido colorido de falda al vuelo, recordaba haberlo visto en alguna tienda de las famosas cadenas, calzaba botines de cuero. Cuando llegamos al lugar teníamos reservada una mesa casi pegada al escenario. Era la primera vez que entraba en un local de estas características. En primer lugar salió al escenario un muchacho musculoso y con ropa de mecánico. Bailaba sensualmente mientras se desvestía, algunas ya envalentonadas le gritaban de todo. Siguió otro que no era tan musculoso como el anterior, con uniforme de policía, nuevamente le decían barbaridades y gritaban.
Este número fue un poco más atrevido, pero para mis adentros pensaba que no había caso y la verdad es que los strippers no me llamaron demasiado la atención. Poco a poco y al ritmo de la música se fue despojando de las diferentes prendas, se acercó a nuestra mesa, empezó a acariciarse, moverse eróticamente y subió un par al escenario, una de ellas fue Sole, con unas esposas jugó con ellas como si las estuviera arrestando, mientras las otras se morían de risa y festejaban, tomaban fotos. El ...