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Cero Absoluto
Fecha: 03/12/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mientras se tomaba un café se enteró de que a su jefa la llamaban cero absoluto. Según decían el trato frío de esa mujer era lo que más cerca estaba de la temperatura de −273,15 ◦C. Según pasaban los días Anya se percató que el carácter de su jefa de nombre Carmen era frío pero su cuerpo desprendía el mismo calor que un volcán en erupción. Anya se preguntaba que le abría pasado a su jefa para ser una persona tan glacial y sin embargo no dudo en ayudarla sin conocerla de nada. Anya empezó a ser consciente que esa mujer la atraía y si seguía así se terminaría enamorando de ella si no lo estaba ya. Carmen fue una mujer muy feliz, tenía unos padres que la querían mucho y una novia de la que estaba locamente enamorada, Carmen hacia poco había conseguido ese puesto que tanto anhelaba y quería dejar terminado todo para poder ir a la playa. Sus padres y su novia se adelantaron y al mediodía iría ella, poco después de llegar ella a su trabajo le llamaron diciendo que su familia había tenido un accidente de tráfico y que todos los ocupantes del vehículo murieron en el acto. Desde aquel día odio con todo su alma ese trabajo que tanto le gustaba y de hay venía esa frialdad, siempre había creído que ella también tendría que haber ido en ese coche pero por ir a trabajar su familia y novia murió y ella fue la sobreviviente que los perdió para siempre. La noche que salía a sacar a su mascota llovía a cántaros y la chica que vio sentada en el banco llorando le recordó ...
... tanto a su novia muerta que no pudo evitar ayudarla, por primera vez en años volvía la verdadera Carmen. A Carmen Anya le gusto desde el primer momento que la vio pero tenía el corazón demasiado frío, de todas formas sintió como algo se movía dentro de su cuerpo y era el volcán entrando en erupción. Anya notaba como cada día Carmen era menos fría con ella, sobre todo cuando estaban solas en la oficina o se encontraban en la sala de estar. Una mañana Anya iba con un abrigo recién recogido de la tintorería, llamo a la puerta de su jefa y esta le dijo adelante. Anya- Jefa gracias por dejarme el abrigo esa noche, si no abría muerto de una pulmonía. Carmen se sonrió y por primera vez se preguntó si podría volver a ser feliz. Carmen- No hay de que fue un placer ayudarte estabas empapada. Anya iba a salir del despacho cuando Carmen la detuvo. Carmen- Te apetecería cenar conmigo esta noche. Anya se pudo muy nerviosa pero respondió resolutiva. Anya- Sería un placer Jefa- Carmen- Llámame Carmen por favor. Anya- Pues sería un placer Carmen. Anya salió del despacho de su jefa con una sonrisa y Carmen empezó haber luz al final del túnel. Anya y Carmen se prepararon a conciencia y cuando llegaron al restaurante y se vieron salto la chispa, Anya era totalmente consciente que se había enamorado de su jefa, no era procedente pero en esos momentos le daba igual. Anya ya no tenía dudas esa chiquilla tenía que ser su mujer, sabía que estaría mal visto ...