1. Cena fin de curso


    Fecha: 29/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de Cubaa y que si quería, esa noche, intercambiabamos los papeles y ejercía de profesora de baile. No me lo pensé y acepté encantado. Comenzamos bailando bastante separados, pero con cada canción, la cosa iba calentándose más y Mirtha se rozaba cada vez más conmigo. En los primeros roces actué con cautela porque no quería que notase mi bulto en la entrepierna, pero conforme fueron sucediéndose los bailes y las canciones a la vez que aumentaba el nivel de alcohol y calentura en nuestro cuerpo, los roces de su culo contra mi entrepierna se hicieron cada vez más evidentes. Sin darnos cuenta, eran más de las 3 de la madrugada y el bar en el que nos encontrábamos nos indicó que iba a cerrar, por lo que decidimos cambiar de garito mientras la mayoría decidieron irse a casa debido a la borrachera que llevaban.
    
    Mirtha se me acercó diciendome al oído con una sensual voz que conocía un local que seguro que estaba abierto y que podía seguir con sus clases de bailes. Notar su respiración en mi oreja y el mensaje que me dio hizo que mi paquete luchara por ser liberado de la presión. Yo acepté encantado puesto que la calentura que llevaba había que calmarla de alguna manera y seguro que mi "profe" de baile sabría como. Del grupo de la cena habíamos quedado 5 personas (entre ellos, Mirtha y yo) a los cuales pusimos la excusa de que también nos íbamos a casa para seguir con nuestra juerga al margen de ellos. Tras deshacernos de ellos, enseguida llegamos a la discoteca para seguir con ...
    ... nuestros bailes. Pedimos la copa que iba con la entrada y continuamos con nuestros bailes, ahora mucho más calientes puesto que ya no teníamos conocidos alrededor. Mirtha se fue rozando de manera más descarada y yo fui pegándome cada vez más a ella, mientras la muy pícara me fue conduciendo con los bailes hacia una zona más apartada y un tanto oscura, donde acabamos de desatar la pasión. A medida que íbamos bailando le fui tocando el culo por debajo del vestido y viendo su aprobación, comencé a besarle por el cuello cada vez que con sus bailes se quedaba de espaldas a mi, restregaba su trasero contra mi abultado paquete y con sus manos, cogía las mías para pasarlas por encima de sus pechos. Mi calentura era brutal y creo que el deseo de los dos era aliviarlo de alguna manura. Comenzamos a besarnos y Mirtha me sugirió en el oído que la acompañara al baño. Una vez en el reservado, no aguanté más y tras cerrar la puerta, la empotré contra la pared y comenzamos a enrrollarnos desenfrenadamente mientras las manos de ambos no paraban de sobar las partes del otro. Poco a poco, fui descendiendo por sus pechos, levanté un poco su vestido, hice a un lado su precioso tanga y comencé a lamerle su "chochito" mientras sus manos agarraban mi pelo para que no me levantara de allí. Tras una buena faena y debido al calentón previo que llevábamos, Mirtha no tardó en venirse en mi boca mientras contenía como podía sus gemidos para no ser descubiertos. Tras su brutal orgasmo, era mi turno. Me agarró ...