1. La ducha de mi hermana Isabel


    Fecha: 23/05/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Pecado capital, Fuente: CuentoRelatos

    ... tomado "prestada" del lazo donde mi hermana solía poner su ropa a secar, y que en una noche de juerga se me ocurrió que mi amigo podría llevarla consigo unos días para masturbarse a sus anchas pensando en Isabel.
    
    —Ahora que me lo preguntas, desde que volví a dejar ese calzoncito en su ropa no lo he vuelto a ver... pero seguramente todavía lo usa... espera... ¡ya se va a vestir... vamos a verla en calzones!
    
    —¿no podemos entrar y preguntarle si necesita ayuda para vestirse? —dijo bromeando Mauricio
    
    Mi hermana salió un instante del Angulo de nuestra vista cuando tomó su ropa de donde estaba colgada. Dejó la toalla sobre el depósito del wáter y comenzó a ajustarse un brasier negro, e inmediatamente procedió a ponerse una pantaleta de color beige que tenía los elásticos blancos. ¡Apreciar a mi hermana Isabel en ropa interior fue casi tan maravilloso como verla encuerada!
    
    ~¡Que bonitos calzones se puso... no son los negros, pero le quedan bien apretaditos... se le nota bien rico la pucha! ¿Habrá chance de ver los que dejó en la ropa sucia? —mi amigo tampoco apartaba la vista de aquel calzón que mi hermana acababa de ponerse
    
    ~¡Esa pantaleta no se la conocía... cuando salga del baño nos hacemos pendejos un rato y después entramos para buscar en la ropa sucia los calzones que traía antes de bañarse!
    
    Cuando Isabel comenzó a ponerse la pijama nos retiramos de la ventana para dirigirnos a la sala cono si nada fuera de lo normal hubiera sucedido.
    
    Mi hermana salió ...
    ... del baño poco después, sin sospechar que la habíamos visto completamente encuerada y que sabíamos perfectamente el color y la forma de la ropa interior que llevaba debajo de la pijama blanca.
    
    —Hola muchachos ¿aún siguen aquí? En el refri hay jamón y queso para que se hagan unos sándwiches y cenen algo.
    
    Mi hermana lucía adorable secándose sus aún humedecidos cabellos mientras hablaba.
    
    —gracias Isabel, terminando de cenar se va Mauricio
    
    —muchas gracias por todo... —dijo en doble sentido mi amigo.
    
    —De nada —contestó cordialmente quien minutos antes nos había obsequiado. Sin estar enterada de nada, un banquetote visual inolvidable.
    
    Mi hermana prosiguió su andar hasta su habitación, dejando a su paso un agradable aroma de mujer recién bañada. Y nuestras miradas se posaron en aquellas lindas nalgas que logramos apreciar desnudas, sin la pantaleta beige ni la pijama blanca que ya las cubrían.
    
    Cuando mi hermana cerró la puerta de su habitación Mauricio y yo fuimos a la cocina para prepararnos algo de cenar, y ahí seguimos hablando de mi hermana, dejando pasar los minutos para ir a hurgar en el cesto de su ropa sucia.
    
    —¿te imaginas si tu hermana supiera todo lo que vimos?
    
    ~¡No manches... me metería en una broncota!
    
    Y eso era verdad, pero lo importante era que habíamos tenido la fortuna de ver encuerada a mi hermana sin que ella se diera cuenta, y eso me hacía sentir felizmente emocionado.
    
    —termínate el sándwich y vamos al baño para buscar las pantaletas ...