La ducha de mi hermana Isabel
Fecha: 23/05/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Pecado capital, Fuente: CuentoRelatos
... delicioso cuerpo desnudo de mi hermana Isabel, quien a sus 43 años aún conservaba un apetecible cuerpo, producto de un vida sana. 1,67 de altura, cabello corto de color castaño oscuro, delgada y piel blanca, cara bonita, tetas medianas pero firmes, y unas apetecibles nalgas redondas y levantaditas.
De momento no supe ni donde concentrar la mirada, si en sus blancos pechos o en sus acanelados pezones o en el matorral de pelos negros que tenía entre las piernas. Todos sus encantos parecían gritarme ¡mírame a mí!
Dos o tres veces había espiado a mi hermana en la ducha, pero jamás había tenido la fortuna de verla de frente. Ahí estaba yo, extasiado con la desnudez de mi hermana, y compartiendo aquel glorioso e inolvidable momento con mi buen amigo Mauricio.
—¡puta madre... que buenota está tu hermana... daría todo por meterle la verga...! discúlpame amigo, pero la emoción me hace hablar así… ¡esto es más de lo que yo esperaba...gracias por dejarme verla encuerada... nunca olvidaré este momento!
Yo tardé en reaccionar por estar tan pasmado viendo los ensortijados pelitos que atraparon mi mirada ¡negros como el azabache!
—¡no te preocupes, yo también quisiera cogérmela... aunque sea mi hermana... pues como bien dices tú... está bien sabrosa! Y no me des las gracias a mí, dáselas a ella por meterse a bañar estando nosotros en la casa ¡la muy ingenua no pudo imaginar nuestras cochinas intenciones... y gracias a eso tú y yo estamos viéndola bien encueradita! Pero ya no ...
... hay que hablar tanto pues si nos descubre la pasaremos muy mal... así que pon atención y disfrutemos el espectáculo en silencio que ya mero llega a su fin... ya después hablaremos de todo esto, que será un secreto entre nosotros dos.
—ok, y claro que será nuestro secreto… solo déjame darle las gracias a tu hermana y ya me callo.
Entonces Mauricio hizo algo que me pareció muy cómico y tuve que aguantarme la risa. Junto las manos como quien está concentrado en dirigir una oración, claro, sin apartar la vista de mi hermana Isabel que seguía en lo suyo, y dijo lo siguiente:
—querida Isabelita... gracias por meterte a bañar hoy que vine a visitar a tu hermano, gracias preciosa chabelita por encuerarte todita y lavarte el culo como lo hiciste... gracias por no sospechar que íbamos a espiarte... gracias, mi vida, por dejarnos ver tus nalgas, tus tetas y tu panochita peluda... aunque la pinche espuma no nos dejó ver tu culito... gracias por este inolvidable momento... ojala se repita pronto...
Tuve que interrumpir su monólogo pues ya mí hermana estaba secándose con la toalla, y yo estaba impaciente por ver qué color de calzones se pondría.
—¡ya mero sale del baño, pero vamos a ver como se pone los calzones! ¿De qué color crees que serán?
—no sé... pero ojala se ponga los negritos que me prestaste la otra vez... me hice unas chaquetotas imaginando cómo se le verán puestos... por cierto… ¿todavía los usa?
Mauricio se refería a una pantaleta tipo bikini que yo había ...