En el auto
Fecha: 19/05/2018,
Categorías:
Sexo oral
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... primer ataque de mi boca ¡entró todo! sentí la cabeza del pene tocar mi garganta, retiré mi boca lentamente, los hilos de saliva unían mi boca con su pene mientras Julio emitía gemidos de placer. Una y otra vez comencé a comerme ese pene, a manera de sincronización cada 5 o 6 atragantamientos lo lamia desde la enorme cabeza hasta donde la bragueta lo permitía. En cada acto en el dónde su pene entraba en mi cavidad bucal yo emitía sonidos de satisfacción que resonaban en mi boca tapada por aquel mastodonte gordo que devoraba.
Julio maniobro un poco sin que estorbara lo que realizaba entre sus piernas, pronto giro y se estacionó. Era una calle solitaria y sin transeúntes o automóviles, con alumbrado escaso, un lugar ideal para lo que acontecía. Julio me tomo de los cachetes con las dos manos, una en cada cache y comenzó a dirigirme con velocidad y agresividad, mis manos se sostenían del borde del asiento y de la palanca del freno de mano. Después de varios movimientos me soltó el cual yo me alcé lentamente, mi boca escurría de saliva, su pene se encontraba lleno de saliva, sonreí y él me regreso la sonrisa.
--Regresa a lo que estabas putita, come más—como obediente ferviente lo obedecí, me volví a inclinar un poco y comencé el ataque. Sin separarse de su asiento Julio comenzó a desatarse el cinturón y con movimientos torpes se bajó los pantalones y el calzón hasta sus rodillas, ahora nada impedía comerme todo, los pequeños vellos que se asomaban como arbustos mostraban ...
... ver su edad, se encontraban algunos con apariencia canosa pero eso no impidió que yo siguiera mi labor, al contrario me excitaba la idea de estar con esa persona madura.
Una y otra vez mi garganta era blanco de la cabeza de su pene, un líquido salado comenzó a embargar mi boca pero continúe mi labor, su sabor me incitaba a buscar ese premio que me indicaba que ya no estaba lejos, en cada acto me comía su polla (o verga) de un solo golpe y me deslizaba poco a poco de regreso procurando que mis labios no se separasen de cada delicioso centímetro, una vez que mis labios llegaban a su cabeza la lamia toda y el tomando su pene me daba ligeros golpes sobre mi rostro y lengua, para después iniciar todo de nuevo, así una y otra vez hasta que perdí la cuenta.
Entre gemidos de felicidad y placer tanto míos como de Julio, escuchaba:
--¿Quieres comértelos todos mis mecos?, mi leche será para ti—
Retiré mi boca de su pene para contestar con una afirmación e inmediatamente después de contestar embestí con entusiasmo su pene, el cual entro todo en mi boca.
Pasaron algunos instantes, cuando él me detuvo con su mano me sujeto de la frente, con la otra terminaba lo que yo había comenzado, comenzó a realizar los últimos movimientos, entonces supe lo que ocurriría… abrí grande la boca y saque la lengua lo más que pude, mientras gemía de placer. De la punta de su pene comenzó a salir tan ansiado premio que salpicó toda mi cara e hizo que cerrara los ojos, las gotas habían caído en mi ...