Todo queda en familia
Fecha: 18/06/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: shizu, Fuente: SexoSinTabues
... Hazlo, quiero un bebé -sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz se entrecortaba- hazlo, dame un hijo, dame una razón para sentirme mejor, para que nuestra vida sea normal. Hazlo, por favor. Ten un hijo -miró hacia sus manos- conmigo. Una cálida tarde de jueves, las hojas caían danzando de forma otoñal, el cielo bañó con su naranjo ser la tarde de toda la ciudad; le escribí: “Lo haré, dime dónde y cuándo”. Rápidamente recibí su respuesta: “¡Perfecto! Vengan este sábado en la noche. Los esperamos. Te quiero hermanito, no te arrepentirás” Estaba decidido, ahora, había que hacerlo. ¿Aló? ¿Señor Iturriaga?, si, en portería se encuentra el matrimonio Oyarzun Astarruga. Si, si, ¿qué pasen? Ya… - Un tipo regordete con aire de buena persona estaba por conserje hablando- Si, por favor pasen. Que tengan buena velada – claro, espero tenerla…pensaba- El viaje en el elevador fue eterno. El reflejo del rostro de mi amor, de mi esposa, de la mujer con la que quería compartir mi vida, el reflejo de su sonrisa apagada se dibujaba en el espejo. No podría mirarla de frente, ni ella a mí. Le iba a decir algo, se abren las puertas y un estruendoso saludo por parte de mi cuñado ahogó toda frase que de mi boca intentó llegar a los oídos de mi esposa. Nos guio por su departamento, nos dijo que dejáramos todo donde quisiéramos, que ella nos esperaba su cuarto y que todo estaría bien. Era nuestro gruía por un pasillo lleno de fotografías, lleno de recuerdos, lleno de días pasados, de momentos que ...
... fueron, de sentimientos que nacieron. Estábamos frente a su puerta – Bueno, yo debería esperar en …- habló mi esposa, pero fue detenida por Jorge- No, no, por favor. Debemos estar los cuatro en el cuarto, debemos transmitir el amor durante el momento, te necesitamos allí, necesitamos que la madre del bebé esté allí- la tomó por las manos – ven, en serio, eres esencial en esto- ambos cruzaron un umbral mirándose a los ojos. Ella seguía a Jorge como un niño sigue un padre en quien confía, que sabe que nada malo pasará. Yo, solo estaba estático, ido, vacío. - ¡Vamos hombre! -se dirigía a mi- no te quedes allí, eres tú el que debe hacerlo – con su mano me invitó a pasar- Caminé sin alma. Mi hermana estaba en su cama, desnuda, abrazando sus piernas y en su rostro una sonrisa que jamás había visto. Era mágica, penetrante, llena de espíritu y energía. Era ella siendo ella. Nadie dijo nada. Ella se levanta, se para frente a mí, desnuda, un cuerpo largo y con curvas pronunciadas, una blanca piel llena de estrellas dibujadas con placer, un cabello radiante de brillo navegando hasta el fin de sus caderas. Me abraza por el cuello, une sus labios a los míos -estará todo perfecto -me susurra y me ahogo en sus celestes penetrantes que tiene por ojos. Siento un par de manos desabotonar mi camisa como su fuese un puzle infantil, con facilidad y armoniosa calma me desviste. Se deshace de mis prendas como el otoño se deshace de las hojas en los árboles hasta dejarlos desnudos, absortos de tiempo y ...