El piercing
Fecha: 18/07/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... en el mismo sitio pues que ambos tendrían un hermanito, y cosas así... lo cierto es que no se como pero me convenció, y rápidamente me quite el pantalón y me tumbe colocando la toalla sobre mi slip. Enseguida entro la mujer y se dirigió a mí con una maquinilla de afeitar y una toallita de esas que usan los bebes, aparto ligeramente la toalla y tras comprobar que aun tenia los calzoncillos me pidió por favor que me los quitase, ella se volvió aun con la maquinilla en la mano y de forma despreocupada empezó a preguntarle a mi novia acerca de que tipo de tatuaje deseaba para mi, las dos empezaron a hablar y yo, allí en medio totalmente avergonzado, opte por olvidarme de todo y cubriéndome con la toalla me quite los slips y volví a taparme lo mejor que pude.
La mujer pregunto entonces sin girarse aun si ya estaba, a lo que respondí que sí. Entonces sin dejar de hablar con mi novia se coloco a mi lado y aparto un poco la toalla, dejando al descubierto buena parte de mi bello que empezó a humedecer con la toallita y a depilar con la maquinilla casi sin mirarme a la cara, os confieso que estaba muy avergonzado por la situación aunque ellas se lo tomaban de forma muy natural y ya charlaban como si fuesen amigas de toda la vida. Cuando acabo de limpiar la zona, me coloco de nuevo la toalla y cogió de un bote un poco de algodón y tras humedecerlo con alcohol me volvió a retirar la toalla el espacio justo para desinfectar la zona, lo cierto es que ya estaba menos nervioso e ...
... incluso empecé a participar en la conversación, todo era muy profesional y serio.
La cosa empezó a complicarse cuando la mujer pregunto a mi novia acerca del modelo exacto que debía tatuarme, ella ni corta ni perezosa se desabrocho el vaquero y bajándolo un poco junto con sus braguitas le mostró el maldito caballito de mar a la tatuadora, esta se acerco a observarlo, y comento que era un buen trabajo y que no seria difícil hacer otro similar, para colmo le sugirió a mi novia que comparase su tatuaje con otro que ella misma tenia en su cuerpo y para mi desesperación se desabrocho también el pantalón y lo bajo hasta descubrir todo su culo que vestido con un escueto tanga estaba decorado con un precioso tatuaje de una rosa, pero no era ese el tatuaje que ella deseaba mostrarle a mi novia, sino otro que tenia también en la parte delantera mucho mas abajo que ella, casi a la altura de las ingles.
Mi novia con la máxima naturalidad del mundo, se agacho un poco para observar el tatuaje que resulto ser también un caballito de mar pero algo más grande y de colores, para facilitarle la observación la tatuadora aparto casi hasta la mitad su negro tanga, dejándonos ver que a ella también le gustaba depilarse donde antes acababa de hacer conmigo. Sin mas las dos se volvieron a vestir casi olvidándose de mi presencia, y continuaron charlando mientras la tatuadora se colocaba unos guantes de látex y cogía uno de los instrumentos que antes había traído, fue entonces, en ese preciso momento ...