La pesca de los compadres - Relatos Eróticos

La pesca de los compadres

Pablo y Alfonso dos amigos de infancia y además compadres se habían encontrado de nuevo en la ciudad que los había visto nacer…compañeros de infancia y de juventud habían compartido muchas aventuras, demasiadas experiencias y un cúmulo de situaciones que habían confluido en una amistad muy sólida . Sin embargo al llegar a la mayoría de edad habían tomado rumbos diferentes, principalmente por las actividades laborales que los distanciaron. Pablo se había convertido en un vendedor de seguros exitoso, su talento unido a una buena presencia la habían hecho merecedor de una rápida carrera en una importante empresa. Ese desempeño ejemplar lo había llevado a trabajar en varias ciudades importantes…su soltería le había abierto muchas oportunidades con las mujeres, Pablo tenía un plus adicional … ser poseedor de una magnífica herramienta sexual que dejaba satisfecha cualquier mujer , de esta manera se pudo dar el lujo de tener múltiples amantes, gozar de una vida disoluta y conocer múltiples gustos y parafilias, casi había probado de todo…casi todo… Alfonso por su parte era joyero y nunca salió de su tierra natal, bien parecido y además soltero también era asediado por muchas mujeres…hasta que una vez llegó una señora de unos cincuenta años acompañada de su anciano esposo a comprar unas joyas en su negocio…la mujer quedó enamorada de Alfonso a primera vista y empezó con pretextos a buscar su amistad y algo más…su anciano esposo no podía complacerla sexualmente y la vieja vio en ese ...

... joven joyero su salvavidas…pronto lo convirtió en su amante…al morir su esposo Alfonso pasó a ocupar su lugar… hasta ahora era todo lo que se sabía de esa unión… Ese día ambos se encontraron por casualidad en el parque principal de la ciudad, se saludaron efusivamente, sin embargo ambos estaban de afán y quedaron de llamarse por teléfono en horas de la noche, así lo hicieron y como necesitaban mucho tiempo para charlar decidieron planear ir de pesca el viernes en la noche. Era un programa que se sabían de memoria , el sitio, los implementos, el licor , la hora , en fin toda la logística necesaria. El viernes partieron al atardecer, en dos horas estuvieron en el sitio indicado, llegaron a una casa cerca del rio, allí dejaron el carro, bajaron todos los implementos, preguntaron por la dueña doña Ester pero un niño les indicó que ella había fallecido, una señora joven salió y los atendió, era Hilda la hija mayor de Ester que ahora vivía en esa casa. Ella los reconoció enseguida y les guardo los implementos que no necesitaban en el rio, Alfonso y Pablo le entregaron un mercado para hacer un sancocho para cuando regresaran del rio. Al llegar al sitio indicado tendieron los anzuelos, prendieron una fogata , se pusieron sus pantalonetas de baño y empezaron a pescar con la atarraya, pasaron alrededor de dos horas pero no pescaban nada, cansados decidieron sentarse cerca del fuego a tomarse unos tragos. Una brisa muy fresca empezó a correr por la ribera del rio por lo que decidieron ...