Penélope, la mujer ideal (Parte 2 de 3)
Fecha: 17/07/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
La mañana del sábado sería un tanto aburrida, todas las mujeres se habían levantado, todas menos Penélope, traté de ser cordial y charlar con ellas como un caballero, traté de mostrarme normal, como si esa joven solo fuera una más entre tantas.
Recién apareció a la hora del almuerzo, no hablamos casi nada, pero nuestras miradas y nuestros gestos decían más que mil palabras, a pesar de los continuos parloteos de las mujeres todos mis sentidos estaban centrados en la calma de sus ojos, en su mirada, en su respiración, en su dulzura.
Por la tarde, las mujeres fueron a dormir una siesta, en cambio yo tomé un libro que tenía a medio leer y fui al costado de la piscina, con mis gafas de aumento me senté bajo una sombrilla de paja para cubrirme del sol, quería concentrarme en la lectura y solo en la lectura.
El problema fue que Lara y Penélope habían decidido nadar un rato, ambas llegaron poco tiempo después justo donde yo estaba, cubiertas por una bata de baño, miré ansioso la escena, sin poder disimular, Penélope no tardó en desnudar su cuerpo y quedarse con un minúsculo traje de baño, un sostén plateado brillante contenía sus esferas perfectas que amenazaban escaparte al menor descuido, la tanga negra era un triángulo pequeño que justo tapaba su sexo y por detrás el triángulo era aún más pequeño que el del frente, exhibiendo unos glúteos desnudos más que perfectos.
Aún miraba como bobo cuando ella se zambulló de cabeza para perderse de mi vista.
Volví con gran ...
... esfuerzo a la lectura mientras las chicas hacían bullicios en el agua, cada tanto Lara se divertía tirándome agua con sus manos cosa que me hacía enojar y a ella le provocaban carcajadas, pasaban los años pero en el fondo seguía siendo una chiquilina.
En eso. Penélope salió de la pileta como sale un cocodrilo de un pantano para recostarse al borde a tomar sol, a dos metros de donde estaba sentado. Levanté la vista por sobre el libro, la veía casi desnuda desde donde estaba, con su portentoso culo apuntando al cielo, soltando las tiras de su sostén para broncear pareja su espalda, con millones de gotas cubriendo su piel, en eso giró su cabeza hacia donde yo estaba para sorprenderme mirándola como un estúpido y decir
-Facundo, me pone bronceador en la espalda?
Lara estalló en carcajadas diciendo
-Papá! Límpiate la baba…
Entonces las dos rieron, me sentí más estúpido todavía, comprendí que lo habían planeado y que solo se burlaban con la inocencia de este pobre viejo, me molesté, y más se rieron, nunca me gustó ser centro de burlas y menos de dos mocosas, así que me levanté y las dejé solas.
Fui al lago a nadar un rato en soledad, necesitaba agua bien fría para calmar mi calentura, mi calentura por sentirme humillado y mi calentura sexual.
Cuando el sol ya no quemaba y empezaba a decaer por el horizonte, volví con las mujeres quienes merendaban, Rosa me invitó a acompañarlas pero aún me sentía molesto por lo que solo acepté un tanto distante unos panes con ...