Anna y los 7 Desterrados - Relatos Eróticos

Anna y los 7 Desterrados

... derecha y, apartándole el pelo, comencé a besarle en el cuello. La cadera de Anna se movía como si tuviese voluntad propia, yo ya no podía más.Levantándome en el colchón la puse de costado y agarrándole su pierna comencé a bombardear a pollazos su interior.— Ah, Ah, Ah, ¡Ahhh! ¡Me matas, Julio…!Ninguna posición me satisfacía y esa mucho menos, me notaba sin ganas de correrme, y lo único que podía hacer era hacerla disfrutar a ella.Yo ya me había corrido dos veces a en las dos últimas 2 horas y, aunque podría una tercera, tenía mi pene insensibilizado. Me quedaba mucho hasta que lograse correrme, iba a ser una noche muy larga que no acabaría hasta que mi polla no se levantase… O hasta que ella se durmiese.En ese momento no sabía si seguiríamos siendo amigos, si seriamos folla-amigos o algo más. Solo me centré en disfrutar de esa noche con Anna, mi amiga, mi amante y que la quería como si fuese mi hermana, pero me calentaba como ninguna otra.AnnaComo al levantarme en el camping al lado de mi primo, no entendía muy bien que había pasado. Mi mente estaba en blanco y no sabía porque había consentido todo aquello… Sin embargo al contrario que esa vez ya no me arrepentía, lo había buscado, lo había conseguido y lo disfruté al contrario que en el camping que fue debido a que me inhibí en el peor momento.Julio roncaba plácidamente a mi lado, y yo me estiré a su lado. ¿Para desaprovechar ese momento de bienestar?Tal vez le diese una oportunidad a Rafa, aún no sabía si le diría que me ...

... había follado a otros en este tiempo que se habían dado. Si me sinceraba y el decidía volver es que él me amaba de verdad.Sin embargo, no era el volver o no lo que me preocupaba, yo le quería y dentro de la relación él se portaba muy bien conmigo al igual que yo con él, pero…¿Podría no “jugar” más como lo había hecho la noche anterior? Notaba como estaba cambiando, me sentía libre y no atada a nada, por otro lado sentía que yo no era así…Una parte de mi deseaba ser fiel, y la otra deseaba ser libre para tontear con otros, y si se daba el caso intimar un poco.Sin duda todo esta situación la había provocado Rafa, pero yo tenía la culpa y mías eran las decisiones que había tomado. ¿Había iniciado un descenso al precipicio de la lujuria? ¿Me volvería adicta a calentar a los hombres y tentarlos para que abusasen de mí? En caso de que así fuese ¿Iba a ser permanente o sería cuestión de cansarme y volver a como era antes?Si Rafa y yo volveríamos… ¿Conseguiría no tontear con nadie más?Me pregunté también si una posible solución tal vez sería romper con el mayor número de amistades dejando las cuatro más importantes.No me importaba perder a Antón, ni a Dani o Sergio… Sin embargo a Paco, Lucas, Julio y Pere no podía pensar en estar sin ellos…¿Ayudaría a Rafa la idea de tener tres amigos menos?Como al levantarme en el camping al lado de mi primo, no entendía muy bien que había pasado. Mi mente estaba en blanco y no sabía porque había consentido todo aquello… Sin embargo al contrario que ...