Anna y los 7 Desterrados
Fecha: 06/05/2018,
Categorías:
Tabú
Sexo en Grupo
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... me bombeaba latidos tan fuertes que podía escucharlos, aunque iba con la intención de tontear y dejarme seducir por ese mujeriego que tenía como amigo, yo estaba convencida de que iba a mantener el control de la situación en todo momento, pero esa probabilidad de perder y de que Julio tomase el control… Ese abuso consentido y de dominación, era lo que consumía mi resistencia por dentro. Tenía claro que no quería ceder ante él, tampoco quería hacer nada con él, y era algo que me repetí durante todo el trayecto desde que salí de casa hasta que lo tuve delante sentado en un banco, vi como se levantaba del banco sonriendo y me daba dos besos, comenzaba la tarde…… Mi tarde.JulioAl verla dirigirse hacia mí y plantarme dos besos en los pómulos, con esa blusa oscura tan ajustada, marcándole un escote donde casi podía ver un letrero en el que ponía: “Cómeme, tócame, manoséame”.Y es que al oler ese perfumen tan dulce y tentador, la mente se me quedó en blanco y mi cuerpo ardió literalmente en llamas.No reconocía a la joven que se hallaba enfrente de mí. ¿Era esa la Anna que conocía desde pequeño? Aquella tímida e inocente mimada de buena familia se había inmolado para, cual fénix transformarse en esa pecaminosa mujer.Una morena que representaba la manzana en el jardín del edén, el lago ideal en el oasis en pleno desierto para un deshidratado viajero… Su mera existencia parecía querer transmitirle un único mensaje: “Nada te impide poseerme”.Entonces entendí que ella quería jugar ...
... fuerte, se había cansado de jugar limpio y ser buena.—Te noto distinta, Ann —dije mirándola sin cortarme de arriba a abajo, y a posteriori de abajo a arriba—. Me gusta el cambio.— ¿De verdad? —contestó ella con un tono de desconfianza, la voz de pura e ingenua le quedó muy lograda; mientras caminábamos hacia el centro comercial, que quedaba a las afueras de la ciudad—. He agarrado lo primero que he pillado del armario y he venido hacia acá… ¿Qué hay de raro en eso? Siempre he sido así.— Bueno, más que por la ropa que llevas, diría que te veo más fresca.— Oh, perdone usted señorito por no ponerme un abrigo o un burka —bromeó con cierto toque dramático en su interpretación teatral.— Pues yo te prefiero con abrigo —mentí intentando mantenerme serio.— Pues te jodes —dijo finalizando la discusión sacándome la lengua, esa sí que era la verdadera Anna.— Pero ya que sacas el tema… —comencé a decir, con la esperanza de acabar llegando a un tema picante—. Esa es ropa de guerra, ¿No?— Si te refieres a que es ropa para que me miren, sí. La es —confesó alzando una ceja mientras me miraba a los ojos y hacía una mueca—. Si se me ocurriese llevar esta ropa yendo sola, no dejarían de mirarme o incluso salidos mujeriegos como tú se me lanzarían creyendo que voy desesperada… Pero voy contigo, por eso voy un poco liberada y protegidaPensé que se le olvidó decir que no iba a reconocer nunca que la razón principal por la que se había puesto tan atractiva era para sentirse deseada sobre todo por mí, y ...