Cristina - Relatos Eróticos

Cristina

Conocí a este hombre hace algún tiempo; habíamos sido compañeros cuando éramos jóvenes… bueno, él era casi un adolescente y yo traspasaba la treintena. A este hombre... al que he acompañado hasta su casa.

En aquellos años nos dedicábamos... dedicábamos algunas horas al día, a realizar actividades de contacto callejero para promocionar nuestra asociación para el desarrollo humano. Con este hombre... que me está besando en los labios y que, a intervalos, introduce su lengua en mi boca y me acaricia el paladar.

Nos vimos en el autobús, hace unos días; quedamos en tomar un café para hablar y ponernos al día, en nuestras vidas. En este hombre... que me sujeta la barbilla para poder posar sus dientes sobre mis mejillas.

Ahora que me está desabrochando los botones superiores de mi camisa, empiezo a recordar que alguna vez lo deseé, y deseaba que hiciera esto que me está haciendo; que me quitara el sujetador con suavidad para que mis pezones puedan respirar libres y aliviados de tanta espera, que parece que se me alzan como una flor de jazmín en el atardecer de un día de agosto; que rozara su cara contra mis tetas y después las mordisqueara hasta que me diera la sensación de que, realmente, las estuviera masticando de lo dentro de sus salivas que las siento; que me empujara suavemente hasta su cama...

Me oigo. Me oigo a mí misma. También lo oigo a él, a este hombre.

Me oigo susurrar palabras como gemidos que nunca pronunciaría en ningún sitio: nadie me las ha oído pronunciar jamás. Lo oigo a él. Dice mi nombre: "Cristina, Cristina"; y arremete con más fuerza y más constantemente cada vez.

Levanto mi cabeza unos centímetros mientras respiro agitadamente, y veo mis pechos bambolearse a cada pulsión de su abdomen; más abajo de mi ombligo descubro el misterio, y, descansando otra vez sobre la almohada, me dejo caer en un mundo feliz y sin sobresaltos.