Gesa, y las horas extras
Fecha: 02/05/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... minutos” dijo la persona que mandó la unidad. Me encontraba nuevamente en aquel sofá para tres personas, recargado del codo más próximo a ella, justo enfrente del gran escritorio de madera que la rodeaba en una “u”, platicábamos de cosas sin mucha importancia, hasta que, motivado por mi curiosidad, me atreví a preguntar.
Yo me puse rojo, y abrí los ojos de par en par, no esperaba que fuera tan directa, aunque sabía que era ese tipo de persona, trate de calmarme y aunque fue un silencio lo suficientemente largo, logré reponerme de su repentina estocada.
La miré fijamente a los ojos, y por un momento nos quedamos así.
Por mi cabeza pasaban muchas cosas, también estaba un poco excitado por lo cerca que estuvimos el uno del otro. Quizás este era el momento para preguntar, pero ¿Qué exactamente? y sobre que, después de todo ella era una mujer casada y con un hijo, que podía esperar de mí, o que podría ofrecerle yo.
Evidentemente no estaba convencida con la respuesta, por unos momentos todo quedó callado. Ella suspiró ligeramente, se levantó de su silla y sentó a mi lado en el sofá. Con las piernas juntas y las manos sobre su regazo. Llevó su mano a mi cabeza y la acarició.
Exhalé y lo pensé por un momento, después tomé aliento y me decidí finalmente por hablar.
Me golpeó nuevamente, una y otra vez, por lo que tuve que tomar sus brazos, solo para que ella se empeñara en librarse de mí, jalándolos y empujándome con su cuerpo gritando “Suéltame abusador” de un ...
... momento a otro levante lo más que pude mis brazos llevándome los de ella a la par, de manera que la distancia entre nosotros se acortó hasta quedar frente a frente, a pocos centímetros uno del otro.
Solté sus brazos, llevé los míos a su cadera y ella colocó los suyos en mis hombros.
Abandoné su cadera y la tomé de la cara.
Me quedé callado por un momento. Después me acerqué lentamente a ella, hasta que apenas una aguja podría separar nuestros labios
Así permanecimos por largos e inacabables segundos, por un momento pensé que ella simplemente se separaría de mí, el tiempo se me hacía tan largo y la espera a que pasara algo me estaba poniendo tenso, comenzaba a pensar en mil maneras de pedirle perdón por mi atrevimiento hasta que, pude sentir sus labios cálidos chocando contra los míos, ligeramente abriendo la boca para comenzar a besarnos por un largo tiempo. De un beso tan sencillo hasta querer comernos el uno al otro. Dejándonos caer en el sofá, que apenas era suficiente grande como para que ambos pudiéramos acostarnos en él.
No estoy consciente de cuánto tiempo pasó, llevábamos bastante sin separar nuestros labios del otro, de un momento a otro me decidí por aventurarme en su cuerpo, acariciando su cintura bajando por sus piernas y subiendo sutilmente para encontrarme con sus nalgas, la cuales acariciaba sin importarme mucho los jeans que traía. al notarlo se separó finalmente de mis labios.
Continuamos ahí en ese sofá, comiéndonos las bocas mientras la ...