1. Mi empleada doméstica 2


    Fecha: 17/07/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... tragado», me dijo, se puso en pie y siguió haciendo lo que estaba haciendo. «A muchos le tragaste la leche?», le pregunté apretando sus nalgas, «bueno, creo que no, al señor que trabajaba en su casa antes de venir y a dos enamorados que tenía en Perú», me dijo dejando que le siga acariciando sus nalgas. El informático vino a casa y empezó a hacer las instalaciones de lo que yo quería hacer, estuvo viniendo como una semana, tiempo en el cual a Susana ni siquiera la toque. Ella tenía libre desde el sábado al medio día hasta el lunes a las nueve de la mañana, me di cuanta que extrañaba que Susana no estuviera en casa. El lunes cuando vino, yo estaba probando lo que el informático hizo, me alegré verla, le dije que no se cambie, que nos íbamos a desayunar fuera, hicimos compras para la casa. Ella estaba muy bien arreglada, me gustaba como estaba, no podía dejar de mirarle la cola. Llegamos a casa y le dije que se venga a mi dormitorio, «me va a cachar señor», me preguntó, «sí, te voy a romper la colita», le dije besando su boca. «Me deja duchar?», me pidió, «no, así sudadita como estás te quiero», le dije y la desnude completamente, la acosté boca arriba, abriendo sus piernas con mis manos, viendo esa concha peluda pero muy prolija. Me puse entre sus piernas y se la empecé a chupar. Susana gemia, a mi el sabor a pis que tenía, ese sabor característico de una mujer en celo, me volvía loco, que delicia de concha tiene Susana, la di vuelta, poniéndola. con esa colita redonda para ...
    ... arriba, pasé mi lengua por su ano, ese sabor entre amargo e indefinido me volvió loco. LeMe lambia el ojete, apoyaba mis labios y succionaba, quería meter mi lengua, ella gemia fuerte, sacó su cola más para arriba y se abre las nalgas. «Te gusta Susi?», le dije lambiendo su ojete, «siiiiiiiii, me encanta», gritó moviendo su cola con mi cara entre sus nalgas. Saqué vaselina de la mesita de luz y le pasé bastante por su ojete, metiendo el dedo dentro de su cola, estaba tan relajada que el dedo le entro sin que dijera nada. Me pasé vaselina por mi pija, la acomode en cuatro patas en el borde de la cama, le dije que abra sus nalgas y acomodando mi pija y escuchando sus gemidos cuando se la empecé a meter eran muy excitantes. Sentia sus haaaaa, a medida que mi pija entraba en su cola, sentía como se abría su ojete hasta que se la metí toda. Susana gemia, daba hayes de placer cuando empecé a mover mi pija bien adentro de su cola. «Que rico me cachas por el chiquito, me gusta, rompe bien mi chiquito», me pedía sin dejar de abrir sus nalgas y disfrutando como le estaba cogiendo la cola. «De quien es esta cola?», le decía sacando casi toda la pija y se la metía fuerte, haciendo que Susana grite de placer. «Tuya mi amor, tuya, tú la haz roto», gritaba Susana dejando que le coja fuerte la cola. «No pares, no pares Nahuel, sigue cachando fuerte mi chiquito que me gusta mucho», me decía moviendo su cabeza para los costados, «sigue, sigue, no pares que estoy llegandooooo», gritó apretando mi ...