¿Confias en mi? (2) - Relatos Eróticos

¿Confias en mi? (2)

... todo el camino. Pedro sacó de un carrito de compras y la siguió mientras recogían todo lo que necesitaban. "Soda, patatas fritas, filetes, hamburguesas, perritos calientes, vasos de plástico, tenedores de plástico, cucharas plásticas, carbón, maíz enlatado, frijoles horneados , y carbón, "Jimena leyó de la lista. " Dijiste carbón dos veces, "sonrió. " Lo escribiste dos veces, "ella sonrió mientras se dirigían a las líneas de pago. "¿Y los condones?" Pedro preguntó mientras levantaba una ceja siguiendo el juego de su novia. "Solo pídale a John que traiga alguno cuando vaya a casa, los tuyos son pequeños y no le quedan bien", bromeó, dejándolo sin palabras. *** Hacer cola en hacia la caja registradora le dio a Pedro tiempo para mirar en su teléfono, mientras que Jimena envió un mensaje de texto a alguien. Después de las alocadas actividades sexuales de esa mañana, combinadas con las burlas constantes, probablemente se estaba volviendo paranoico con respecto a quién estaba enviando mensajes. "Mike y Amy no pueden ir", dijo ella como si le leyera la mente, "pero Samuel puede ", dijo ella un momento después. Esperaba otra broma, pero tuvo que preguntar de todos modos, "¿Quién es Sam?" "Otro amigo mío. Un negro muy grande", le guiñó el ojo cuando Pedro puso los ojos en blanco y se giró hacia el carrito de compras. Cuando finalmente llegaron a casa, Jimena dejó a Pedro a cargo de llevar todas las bolsas mientras ella continuaba enviando mensajes de texto, diciendo que era la" ...

... organizadora de la fiesta". Él en el patio trasero usó un estropajo metálico para raspar los pequeños trozos de comida quemada que aún quedaban en la parrilla. La parrillada debía comenzar a las tres, así que después de mucho planear y hablar, Jimena finalmente se unió a su novio para preparar todo. Las mesas de picnic fueron organizadas mientras que las bebidas se colocaban en tazas rojas de fiesta junto con un refrigerador lleno de hielo y bolsas de papas fritas. Cuando Pedro quitó los filetes de sus recipientes de plástico y espuma de polietileno, Jimena se acercó a él con su teléfono en la mano. En la prisa por tener todo listo, se había olvidado de las burlas, y se confundió cuando ella se lo entregó. "Ya está marcado, solo toma la llamada", dijo mientras cruzaba los brazos y sonreía. "¿Llamada?, ¿de qué estás hablando? ¿Acerca de qué? ", Preguntó antes de mirar la pantalla del teléfono, y en grandes letras en negrita decía: John. "Estás bromeando", se rió entre dientes mientras ella permanecía firmemente en su lugar. "¿Realmente quieres que haga eso?" No habló, su gran sonrisa era suficiente. El cambio repentino en su agresividad sexual era algo que él amaba. Su escena durante el desayuno era algo que quería todas las mañanas, y si lo hacía, podía soportar alguna humillación. Tomando la llamada, se quedó en silencio mientras el teléfono sonaba en su oído. Apuntando a su entrepierna, hizo un gesto con la mano a Jimena, quien estaba más que feliz de dar un paso al frente y ...