La vida te da sorpresas
Fecha: 19/04/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: sebata, Fuente: RelatosEróticos
... lamía el clítoris y la pajeaba con un par de dedos.
“¡¡¡ Me cooorroooooo !!!” soltó mi mujer de pronto, y Verónica al escucharla empezó a meterle los dedos con más velocidad y fuerza.
Verónica, al ver que Sonia ya había terminado de correrse, se apartó a un lado y dejándola descansar me miró con cara de necesitada y me dijo: “Por favor, me queda muy poco, termina tu de correrme”. Así lo hice, me acerqué a ella dispuesto a terminar lo que había empezado mi mujer, pero ella no quería lengua, lo que necesitaba era llenar su vagina de carne.
Se puso a cuatro patas y me dijo: “En esta postura me voy enseguida, es como más me gusta. Dame bien fuerte y verás que acabo en un momento”. De lo húmeda y dilatada que estaba le entró entera a la primera, empecé a darle suavemente, pero ella me insistió en que me la follara bien fuerte y rápido. Joder la pedazo de hembra que estaba follándome, como gemía la cabrona y me decía: “¡¡¡Fóllame!!!, ¡¡¡fóllame!!!, ¡¡¡fóllame!!!”. Mi mujer me miraba y me decía con malicia: “Después voy yo cabrón”.
Verónica empezó a correrse y yo al darme cuenta la embestía aún con más fuerza. De pronto soltó: “Dios, que gusto me da tu polla, lléname de leche el coño por ...
... favor”.
Como ella ya se había corrido, le dije que se tumbase y se abriera bien de piernas; así lo hizo.
Empecé a meterle la polla bien despacio como a mi me gusta, el coño lo tenía chorreando.
Solo le metía y le sacaba el capullo despacito, casi jugando, y ella empezó a apretarme el culo indicándome que se la metiera entera. Así lo hice, pero seguía dándole despacio y ella me decía: “Sabes como hacerme sufrir hijo de puta, córreme otra vez”, aunque yo para hacerla rabiar me la follaba muuuyyy despacio.
Pero el cuerpazo que me estaba follando, y la cara de gusto que tenía esa preciosidad, pronto me provocó el llegar al orgasmo. Ella nada más darse cuenta de que me estaba corriendo y que le estaba rellenando el coño de leche empezó a correrse también.
Después mi mujer, después yo, después las dos, los tres y así nos pegamos casi hasta el amanecer; follando, lamiendo, jugando, mirando, volviendo a follar... una locura de noche... inolvidable.
Lo bueno que quedó de todo esto es que Verónica queda a menudo con nosotros, pero ya sin cobrar, (de hecho ya no se dedica a ser scort y es abogada), incluso un par de veranos se ha venido de vacaciones con nosotros... pero eso es otra historia que ya os contaré.