La vida te da sorpresas
Fecha: 19/04/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: sebata, Fuente: RelatosEróticos
... acercarme, invitarla a una copa y convencerla para que se una a nosotros en la habitación. Naturalmente yo le digo que si está loca, que si ha bebido de más y que seguro que la chica está acompañada y me metería en un lio como apareciera su pareja.
Sonia insiste, y yo con todo lo que había pasado en la cabeza, con el par de copitas de más que llevaba y el calentón que tenía, me levanto y me acerco a la morenaza decidido a por lo menos tomarme algo acompañado de semejante belleza.
Me pongo a su lado y la saludo. Si de lejos era espectacular, de cerca daba hasta miedo. Al cuerpazo que tenía, le acompañaba un par de tetas perfectas, no enormes, pero si grandes y redondas, apretadas en ese escote que llevaba que te hacía imaginarte de todo. Sin embargo era su cara y los ojazos verdes lo mejor que tenía, era guapísima, preciosa, tendría alrededor de veinticinco años y emanaba dulzura, educación y saber estar en cada movimiento.
Empezamos a conversar y me confirma que está sola en el hotel. Con una preciosa sonrisa en su bonita cara me señala la mano y me dice: “Ese anillo es de casado, ¿verdad?”; a lo que le contesto que sí con cara de bobo. “Y tu mujer, ¿dónde está?, ¿en casita?”, me dice, a lo que yo le contesto: “ Pues la verdad es que está conmigo aquí en el hotel, de hecho es ella la que me ha incitado a que me acercara a ti para ver si ligaba contigo”. Ella riendo inclinó un poco la cabeza para mirar detrás mía y decir: “Hola Sonia, habéis tardado un poco, ...
... ¿no?”.
Me quedé de piedra, mi mujer estaba detrás mía riéndose. Se saludaron con un par de besos y me explicaron la situación.
Verónica, que así se llamaba el bombón, era una scort de lujo que mi mujer había contratado para que nos acompañara esta noche; por lo visto Sonia tenía la fantasía de hacer un trío y eligió a una mujer antes que a un hombre para darme la sorpresa y que no me resultara tan chocante.
Yo lo tuve que soltar: “Entonces, ¿eres una puta?”, a lo que Verónica me contestó ofendida que de puta nada, que era una acompañante profesional, que no la contrataba cualquiera, que tenía un par de carreras y que sencillamente hacía esto porque le gustaba, aparte del dinero que se ganaba.
“¿Tengo pinta de puta?, más pinta de puta tiene tu mujer”, me dijo mientras le guiñaba el ojo a Sonia.
Total que con todo aclarado subimos a la habitación.
Mi mujer decidió que le hacía falta una ducha después de lo de antes, pero antes de entrar al baño le dijo a Verónica: “Mientras me ducho, calienta a mi marido, pero no lo toques, porque con el calentón que tiene se nos corre enseguida, aparte de que hoy tiene que sufrir”, Verónica sonriendo le dijo: “Sufrirá, no te preocupes”.
Yo no sabía ya si estaba excitado, asustado, cortado o yo que sé; solo flipaba de la situación en la que estaba, así que decidí relajarme y pasarlo bien.
Mientras Sonia estaba en el baño, Verónica se me acercó y mirándome fijamente con esos preciosos ojos verdes me dijo dulcemente que me ...