La última vez
Fecha: 17/04/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... la gente os rodea en un particular corro. Sois el centro de atención y sois conscientes d ello. Miráis de un lado a otro, sonriendo como dos colegiales ante los gestos atolondrados de los invitados y ante sus ingeniosos comentarios. De forma repentina, tus ojos chocan con los míos y apartas la mirada asustada. No puedo evitar sonreír muy divertido. Entonces, uno de los colegas de mi hermano, ya medio borracho comienza a gritar eso de: “Que se besen, que se besen”.
Al principio, él es el único que lo hace. Solo, más que encantador, se ve ridículo, pero otros no tardan en sumársele. En poco tiempo, todos los que os rodean os cantan animados y tanto tu como mi hermano os ponéis rojos de vergüenza. Él parece un tomate colorado. Tú, sin embargo, pareces un inocente ángel del Cielo ruborizado. Yo soy el único que no se suma al coro, tanto por no dar un esperpéntico espectáculo como por no querer alentar tal acción. Sé que me dolerá cuando lo vea. Y así pasa.
Os besáis. Veo como juntáis vuestros labios en una apasionada unión y todos gritan emocionados. Yo, por el contrario, me siento morir por dentro, aunque cierto regusto satisfactorio me embelesa un poco. Saber que esos labios rojos que mi hermano besa hace unos minutos ...
... engulleron mi polla, me da cierto morbo. Tras eso, os separáis y os volvéis al vuestro animado público, que os aclama como fervientes seguidores.
En medio del jubiloso estallido, vuelves a mirarme. Esta vez no me rehúyes como antes y por eso, puedo observarte mejor. Alzo la copa de champan que sostengo en mi mano, en claro gesto de saludo y tú mueves la cabeza de forma vaga. Luego, te vuelves hacia tu marido y le das un suave beso en la mejilla. Lo abrazas con fuerza y te meces un poco, apoyando tu cabeza entre su hombro y el cuello. Yo sigo contemplándote sin ningún problema.
Esa mirada lo dice todo. Mi querida Mónica, sabes muy bien que esto no ha terminado. No amas a mi hermano. Al principio de vuestra relación, quizás sí, pero poco a poco, ese amor se fue desvaneciendo hasta convertirse en polvo. Por eso acudiste a mí, necesitabas a alguien que te hiciera sentir la encendida pasión real del sexo y el amor, esa que tu querido novio nunca te daba. Hoy te has casado con él solo por dinero y prestigio, nada más. En cuanto pase algo de tiempo, todo será como antes. No es pura especulación o una deseada fantasía, es la verdad. Ambos somos como dos polos opuestos, siempre acabaremos uniéndonos sin que nada ni nadie pueda evitarlo.