La última vez
Fecha: 17/04/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... lujurioso juego de ver si nos pillaban o no. Eso tal vez fuera al principio, pero ahora, comprendíamos que había mucho más.
—Te equivocas con todo esto —señalé escrupuloso—. Sabes muy bien que no le quieres. A él no, pero a mí en cambio, si…
—Déjalo ya —vuelves a interrumpirme.
Las lágrimas amenazaban con salir de tus ojos, pero te retenías. Deseaba abrazarte, no ya por volver a sentir el contacto de tu tibio cuerpo, sino por consolarte. Todo era un maldito engaño y, lejos de frenarlo, dejamos que avanzase por creer que sería lo mejor. Tú te engañabas y seguías adelante y yo cedí porque creí que eso te haría feliz. Fuimos dos grandes ilusos.
—Solo digo que…
—Ya es suficiente —No llegaste a alzar la voz, pero fue suficiente para hacer que me callase. Siempre sabes cómo imponerte a los demás—. Esto es la despedida, el fin. La última vez —Te acercas a mí, remarcando esa última frase—. Fue divertido mientras duró, pero ya no podemos seguir.
Te miré y por más que lo intentara negar, no podía obviar el hecho de que te deseaba como jamás he deseado a otra mujer.
—Sabes que acabaras arrepintiéndote —dije esto con intención de remorder tu conciencia.
Te bloqueas por un momento, como si no fueras capaz de procesar lo que acababa de decirte, pero no tardaste mucho en recomponerte y atacar. En eso, como en muchas otras cosas, siempre has sido toda una experta.
—Raúl, lo siento, pero ya he escuchado suficiente —dijiste mientras volvías hacia la mesa, donde ...
... habías dejado el velo—. En este día, el de mi boda, esperaba que todo terminase, pero ya veo que no cedes ante nada. Aún creí que tendrías algo más de respeto por tu hermano.
—Tú tampoco lo has tenido y, sin embargo, no te lo reprocho.
Terminaste de arreglarte. Después de ponerte el velo de nuevo, te atusaste un poco el largo vestido blanco que cubría tu esbelta y figura. Te quedaba como un guante, perfecto, resaltando esa curvilínea figura que tan loco me volvió la primera vez que lo vi. Luego, te volviste a mí, hechizándome con tu deslumbrante mirada.
—Raúl, siempre recordaré todo lo que hemos pasado. No creas que voy a olvidarte, pero se acabó —Noté un cierto conato de tristeza en tu voz. Te costaba decirlo—. Ahora, volvamos al banquete. Nos estarán buscando.
Te marchaste y yo me quedé allí, pensando en todo lo que habíamos pasado, rememorándolo y echándolo de menos. Hacía poco que acababa de perderte y ya sentía tu presencia como un fantasma. Lejana y desconocida.
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Ahora, te veo bailando tan alegre con mi hermano. Él, con ese traje negro que le hace parecer un pingüino al moverse de lo apretado que le queda. No puedo evitar reírme. Tú, en cambio, estás esplendida con ese vestido blanco. Veo como la larga cola se mueve con gracilidad al dar un giro y como el borde de la falda se levanta un poco. Te hace ver como una reina que acaba de ser recién coronada. Te hace ver radiante y única.
Toda ...