El papito del parque (2) - Relatos Eróticos

El papito del parque (2)

Como recordaran, en mi relato anterior les conte como me cogi al papito deportista del parque. Por cierto, su nombre es Christian y me sigue encantando como la primera vez que le eche los perros.

Si recuerdan, antes de terminar nuestro encuentro unos chavos nos habían pedido ser mas discretos pues ellos estaban cogiendo entre los arbustos.

Pues bien, terminando de coger con Christian, le dije:

- Vamonos porque ya esta oscureciendo y aquí se pone muy feo.

- Pero cual es la prisa? (dijo el chavo que se había cogido a la novia)

- Pues ninguna, pero aquí se pone feo y asaltan y hasta nos podrían violar (dijo Christian)

- Mas de lo que ya te violo este wey?!?!?! Tú lo que quieres es que sea solo él quien te siga cogiendo de ahora en adelante!

- Bueno, pero de cualquier modo a que quieres que nos quedemos? (dije yo)

- Pues como a que!? Ya nos dieron una calentadita con lo que estuvieron haciendo y ni modo que nos dejen asi nomas con nuestra calentura!!! (dijo la chica)

- Sí, tan fácil! Y que, vamos a seguir aquí cogiendo y exponiéndonos a que lleguen los malandros y nos asalten o algo peor? (dijo Christian)

- Los malandros tienen su área del parque para hacer sus cosas y no se meten con los que venimos a echar faje al parque. Ademas, hay partes del parque donde es seguro hacer mas cosas de esas que los vimos hacer (dijo el chavo)

- Ah, sí? Donde? Ni modo que nomas porque nos vean cogiendo nos vayan a dejar en paz

- Pues aunque no lo creas asi ...

... es. Detrás de la canchita de fut rápido se puede coger toda la noche sin preocuparse de los malandros ni de la policía.

- Y si encienden el alumbrado publico?

- Ese nomas funciono mientras era nuevo el parque, cuando lo inauguraron, pero ya hace tiempo que no lo prenden para nada. Ademas, si seguimos platicando y nos apuramos ya no vamos a alcanzar lugar

- Como?!?!?!

- Pues que creías?! Que solo nosotros cuatro tenemos ganas de coger esta noche. A donde vamos hay muchas parejitas que cogen todas las noches, porque saben que nadie los interrumpe y nadie va a decir nada.

Recorrimos rápidamente los casi cien metros que había entre las bardas y la canchita, y no pude disimular mi sorpresa de ver a quince o veinte parejitas cogiendo, fumando y bebiendo, todo al mismo tiempo. Pero mi sorpresa fue mayor al ver que entre ellos había varias parejas gay y de lesbianas.

Cuando encontramos espacio para acomodarnos, de inmediato quise acercarme a la chava para cogérmela, pero su novio me interrumpio diciendo:

- A donde tan rápido, papi?! Tu eres para mi, Samara se va acoger a tu niñito.

- No digas mi nombre, wey! Ni siquiera los conocemos (dijo Samara)

- Que pasa?! A poco crees que estos weyes van a ir a decirlo a la primera oportunidad que tengas. Ademas, cuando caíste con el mismo truco que su niño hizo caer a este wey tampoco nos conocíamos, ni sabias mi nombre, y bien que te dejaste querer

- Como?!?!?

- Si, lo que hizo tu niño de engañarte dizque con ...