1. El dulce placer de la esclavitud y la sumisión (Parte 1)


    Fecha: 09/04/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Paulina_minerva, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacer de mi un torbellino de sensaciones y sentimientos muy contradictorios, estaba dispuesta a renunciar a mi misma para ser parte de ella, y por otro lado estaba dispuesta a venderme para mantenerla, utilizar mi cuerpo para que ella no tuviera que preocuparse por nada.
    
    Cuando entramos en su casa nos besamos nuevamente con pasión, con delicadeza llevó mis manos hasta mi espalda impidiéndome que la tocase, después me dejó sola en el salón de su casa, durante largo rato no me moví para nada, ni siquiera quité las manos de mi espalda, nerviosa por saber que nueva experiencia sexual me encontraría y que haría conmigo. Se presentó al rato y cuando la vi comencé a desnudarme, quedándome solamente con el tanga, el liguero y las medias, Sonia se me acercó y me esposó las manos a la espalda, para a continuación bajarme el tanga hasta medio muslo, entonces se sacó una especie de collar de cuentas, y una a una me las fue introduciendo en mi chumino, hasta que me las “tragué” todas, seguidamente hizo lo mismo en mi culo y me subió el tanga.
    
    —Por favor no te quites eso mientras yo no te lo pida, si no haces caso me veré obligada a castigarte de forma cruel, y no quiero hacerte daño… me dijo dulcemente.
    
    Asentí con decisión, “¿quién era yo para oponerme a sus deseos?”, Seguidamente me introdujo una pelota en mi boca y la anudó en la nuca, a continuación ciñó sobre mi cuello un collar del cual pendía una cadena y del salón de su casa me llevó hasta su dormitorio, allí nuestros ...
    ... libros descansaban sobre la mesa puso un cojín en el suelo, me tumbé en el mismo y dejó caer mi cabeza sobre el cojín, en ese momento me quitó la pelota de la boca.
    
    —Quiero que te quedes ahí, me gusta sentir tus pechos bajo mis pies y que tus labios recorran toda la planta de los mismos. Necesito que seas mi alfombra particular…, me decía cuando la interrumpí.
    
    —Adoro tus pies, y el sentirte caminar por mi cuerpo haces que me eleve al séptimo cielo, te amo tanto que mi vida sin ti no tiene sentido, haz de mi lo que quieras pero no me dejes sola…, y sin proponérmelo comencé a sollozar.
    
    Sonia me miró de una forma extraña, en aquel momento una lágrima furtiva recorría mi rostro, se arrodilló y me secó la lágrima y con dulzura me miraba.
    
    —No sé cómo lo haré, pero serás mi esclava. Mi madre me ayudará, y este verano te vendrás conmigo a la casa de mi abuela, allí hay de todo para domarte y te transformes en la esclava perfecta y yo seré tu Ama…, me dijo y al terminar me besó con pasión
    
    —Mi Ama, quiero que aceptes a esta humilde esclava… le dije.
    
    Sonia se había incorporado antes de que yo terminara de decirle mi ofrecimiento se sentó en su cama y sus pies los apoyó sobre mis pechos y comenzó a masajearlos, comencé a gemir al sentir la opresión que su cuerpo ejercía sobre el mío, durante unos minutos continuó con el masaje de mis senos, hasta que se acostó, previamente se desnudó y me permitió volver a disfrutar de la belleza del cuerpo de mi amiga y propietaria ...
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