El dulce placer de la esclavitud y la sumisión (Parte 1)
Fecha: 09/04/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Paulina_minerva, Fuente: CuentoRelatos
... un pantalón muy ajustado que parecía que era una segunda piel y como colofón unos zapatos de tacón de aguja.
En sus manos llevaba unos shorts y una camiseta de tirantes junto con unas botas de media caña. Cuando terminé de ponerme la ropa que me había dejado mi amiga, me sentía oprimida por todos los lados, y, sin embargo, me gustaba. Nos fuimos a un bar, lejos de la zona de la movida, en las afueras de mi ciudad, de chicas. No había ningún hombre ni siquiera homosexuales, era de y para las mujeres, nos colocamos en la barra, alrededor de nosotras solamente mujeres y niñas que se besaban con ardor y/o exploraban los rincones más recónditos del cuerpo femenino, entretanto Sonia pidió por las dos, cuando la vi se estaba besando ardorosamente con la camarera, nunca me he sentido homosexual ni “propietaria” de nadie pero en aquel momento me entró un ataque de celos, “quien era aquella niñata para robarme el cuerpo que tanto deseaba”, pensaba para mí.
Sonia se dio cuenta de lo que pasaba por mi cabeza y sin decir nada me pegó contra su cuerpo, sus labios se fundieron con los míos y su lengua experta enseñaba a la mía como debía comportarse con “una invitada”, sus pechos aplastaban a los míos, mientras que una de sus rodillas me acariciaba la entrepierna, y sus manos, en mi culo, querían que me introdujera en su cuerpo, sus labios, como ardientes ventosas, recorrían mi cuello mientras los míos próximos a sus orejas solo acertaban a mostrar los gemidos de mi ...
... excitación.
—… por favor necesito sentirme tuya… deseo que me poseas totalmente…, acerté a decirle.
Sonia me cogió de la mano que tenía libre, la otra sujetaba el cubata y me llevó hacia una parte del local que yo no había visto, allí me introdujo en una pequeña habitación, allí una pequeña mesa y dos taburetes, cerró la puerta detrás de mí se sentó en uno de los taburetes y vi cómo se quitaba los zapatos los apoyaba en el suelo. Yo ya no era dueña de mis actos, me tumbé a sus pies y con suma delicadeza los cogí y los puse sobre mis senos, mientras miraba la cara de sorpresa que tenía Sonia, no se esperaba aquel gesto mío.
—Quiero que me uses, necesito sentirme tuya, le supliqué.
—¿Harás lo que te diga?, me dijo en un susurro.
—Haré lo que me pidas, me convertiré en lo que tú quieras hacer de mí, pero no me dejes por favor… le rogué.
A partir de aquella noche, comenzó a salir una parte de mi que ni yo misma conocía. Sonia, repuesta, eso creía, de su sorpresa por mi actitud, comenzó un juego que me excitó sobremanera, lo inició introduciéndome uno de sus zapatos en mi boca, mientras sus pies comenzaron a masajear mis pechos, para ocultar mis gemidos comencé a lamer el zapato que me había colocado en la boca.
Lamí los zapatos y los pies de Sonia, casi sin darme cuenta me convertí en su juguete, yo era un objeto que no podía competir con ella, jamás me había sentido de esa forma, Sonia había logrado calentarme solo con mirarme y cuando me abrazó me hizo suya. Había logrado ...