Con la sorpresa dentro - Segunda parte
Fecha: 07/04/2018,
Categorías:
Sexo Interracial
Tabú
Hardcore,
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... para llevárselo a montar, pues así sucedió.Ya en la recámara, Antoine y Martha se besaron. Tras despegarse de los gruesos labios del hombre quien estaba dispuesto a preñarla, Martha saboreó los suyos propios, como degustando el sabor que se había impregnado en ellos.Empero, a Martha le arribó el miedo nuevamente al observar que estaba por asimilar ese falo “monstruoso” en su propio cuerpo. Antoine, sin embargo, la tranquilizó:—Ten calma, te enseñaré una serie de ejercicios antes que nos apareemos, éstos te ayudarán adecuando tus entrañas para recibir mi pene. No te preocupes, que yo entiendo tus miedos. Pero créeme, no hay de qué temer.Gracias a su celular, Antoine le mostró un video a Martha, el cuál ilustraba sus propias indicaciones.—Esta postura de yoga incluso estimulara tu aparato reproductor para que esté dispuesto a recibir los espermas, y así facilite la procreación —Antoine le dijo, a la vez que le ayudaba a flexionarse.La negra verga entró y Martha sintió dolor, pese a todo, claro, pero la experiencia única en su vida fue más grande que ello. No tardó en experimentar el placer que sólo un hombre así podría brindarle, uno que la llenaba por completo, y que llegaba hasta donde ningún otro le había llegado antes. Su marido jamás la dilataría así, bien lo sabía ella.—¡Ay Dios, ay mamita...! —gritó Martha, sin poder contenerse—. ¡...me estás...!—Te estoy llenando —completó Antoine, sabedor de lo que le estaba haciendo.La otra asintió y le sonrió.Y si bien le embutía ...
... el miembro sin ningún temor, Antoine tuvo la amabilidad de moverse milímetro a milímetro, no dejándosela ir de un solo golpe. Él bien sabía que la estaba expandiendo más allá de lo que ella estaba acostumbrada.—¡Carajo... se siente... mmmhhh! —gritaba Martha, minutos después, cuando Antoine ya la bombeaba libremente, con aquel líquido lubricante que ella misma expulsaba de la jugosa vagina.Más adelante, cuando la puso en cuatro, el virote ya le entraba con más holgura que al principio.—Me voy a venir... Me voy a venir —expresó con la mayor honestidad Martha.Antoine tuvo la cortesía, en ese crucial momento, de hacerle caricias clitorales que le socorrieron en su venida.Totalmente abatida, Martha se fue de espalda contra el pecho de su atacador trasero, quien no dejaba de manipular su clítoris ágilmente, mientras se la seguía metiendo. Ella se sostuvo del fuerte brazo del macho que la horadaba y acariciaba a la vez. Sus piernas temblaron como nunca antes.—¡Aaahhh...! —expulsó ella.Y es que, efectivamente, Martha había sentido aquella esperma hirviente llenándole las entrañas.Antoine la llenó por completo, al igual que lo había hecho con Paty, días antes. Sin embargo, con Martha hubo un pequeño añadido. Justo después de inundarla con la semilla prometida, cargó a la mujer con sus fuertes brazos y la puso de cabeza, de tal manera que los fluidos; que él le hubiese inyectado; se deslizaran por gravedad hasta lo más profundo de su cavidad.Fue así como el seno materno de Martha fue ...