Mi pasión por los pies de mi tía
Fecha: 06/04/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: fedemarti, Fuente: CuentoRelatos
De esto ya hace unos 20 añitos pero aun lo recuerdo como si fuera ayer.
Desde bien pequeño los pies de mi tía, me enloquecían. Ella, una mujer que ahora tendrá unos 60 años. Mujer bien cuidada, de pies grandes, bien cuidados, con uñas grandes y largas y siempre acompañadas de color plateado. Con mucho morbo. Creo que hace un 40 EU.
Aún recuerdo cuando venía a mi casa ya que era la mujer de mi tío, y cenaban con mis padres muchos fines de semanas. Siempre escuchaba el ruido que hacia debajo la mesa cuando se sacaba sus zapatos negros con tacones. Me encantaba ese momento. Al parecer ya se me había despertado el sentido para el gusto de esos pies taan adorables. Me gustaba ir detrás de la mesa, donde se sentaba ella y sentarme al sofá que había detrás. Allí siempre disimuladamente podía adorar sus plantas bellísimas y verlas jugar como se metía y sacaba los zapatos. Lo que hubiera pagado para ese momento poder meter mi nariz en esas plantas. Siempre estaban rojas del sudor y aun con la forma del zapato.
Era mi adicción, verla a ella y ver sus pies. Cuando íbamos a su casa, llevaba muchas veces las típicas sandalias chinas de color blanco. Siempre observándola y intentado ver sus perfectos pies. Creo que me obsesioné.
Años más tarde, cuando vinieron a una comida en verano a nuestra casa, ella se cambió para ponerse más cómoda. Ese día también había otra pareja de amigos de mis padres. Era una mesa larga adaptada para ese día. Iba con unas faldas y también con unas ...
... chinas. La comida fue muy bien, recuerdo que se alargó muchísimo pero yo ya harto de sus charlas me acosté al sofá para ese día romper mi obsesión. Ella estaba de frente y me veía y la veía. Sus zapatillas cerradas y aprietas no dejaban que su pie saliera fuera, pero podía ver como no paraba de mover sus dedos dentro de ellas. No me di cuenta hasta que subí la vista hacia ella y vi que me estaba observándome. Ese momento fue un poco raro. No supe como disimular y lo más raro que se me hizo, pensar lo que ella estaría pensando. Todo continuo normal hasta que pasado un rato y mirando esos pies jugueteando sin que se diera cuenta, se sacó una zapatilla dejando libre su pie. El corazón me estalló. Era perfecto. Con sus grandes uñas tan perfectas de color gris. Estuvo con el pie fuera unos instantes y entonces me di cuenta que ella estaba observándome otra vez. Sería una prueba?
Mi adicción a sus pies cada vez se hacía más obsesiva hasta que al verano siguiente, mi tío me ofreció ir un par de semanas a su casa de su pueblo. A pasar las vacaciones. Ellos eran maestros. Y tenía que hacer un trabajo de verano. Era una casa de tres plantas en un pequeño pueblo del sur. En la primera planta vivía una hermana de mi tía, un par de años más joven que ella, y ellos vivian al piso del medio. Al piso superior había una terraza compartida para las dos familias. Aún recuerdo esas vacaciones tan especiales. Por las mañanas hacia el trabajo ayudado por mi tío, y por las tardes él iba a trabajar ...