1. Tengo 34 años y el vicio de culiar gallinas - Segunda parte


    Fecha: 03/04/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Debo comenzar diciendo, que en esas vacaciones escolares en las que con la ayuda y complicidad de mi hermano, comenzó mi vida sexual plena, antes de eso yo había descubierto con un compañero y amigo de la escuela, el placer de hacerme la paja, cosa que nos gustaba hacer uno frente al otro y después como lo dije en el relato anterior, lo hacía de madrugada cuando me despertaba con la pija dura y fantaseaba que me culiaba una de esas gallinas que teníamos en el campo, por haber mirado muchas veces que su ojete libre de plumas y con unos labios muy carnosos, parecía una concha, como yo suponía tenían las niñas compañeras mias de curso, bien lampiñas y estrechas para meter yo mi pija parada y hacerlas gemir de dolor y placer. Esa primera experiencia zoo con mi hermano, marcó un antes y un después, posterior a eso, yo me sentía un hombre, aunque me daba cuenta también que era solo un pendejo, que tenía mucho camino por delante para ser hombre, pero la complicidad y el apoyo de mi hermano y sobretodo sus confidencias respecto de la vida sexual de un hombre, me daban la confianza y seguridad que no me había dado nunca mi padre, un hombre muy reservado al momento de hablar de sexo, aunque yo descubriría después por mi hermano y por lo que vi, que detrás de esa apariencia severa, se escondía algo que me dejó estupefacto, respecto a su sexualidad. . Volviendo a lo mio, después de aquella primera vez con una gallina, comenzaron a sucederse verdaderas orgías en el gallinero, siempre ...
    ... con la presencia y complicidad de mi hermano, en ese verano tan caliente, para nuestra suerte, nuestros padres se iban por las tardes al pueblo dos o tres veces por semana, mi madre hacía las compras y visitaba a sus padres y mi padre se metía en un club con sus amigos a tomarse algunas copas y jugar al truco y regresaban a veces cuando ya era de noche. Ni bien quedábamos solos mi hermano y yo nos metíamos en el gallinero, el elegía una gallina y la ponía sobre la mesa que había en el lugar, la colmaba de mimos, caricias y palabras y el animal se quedaba como hipnotizado, se dejaba hacer todo y se echaba sobre la mesa como esperando que su macho la penetrara con su pija parada, esto era como un ritual, el lo hacía como si yo no estuviera, se desnudaba ya con la pija parada, se ponía vaselina con toda calma y se masajeaba especialmente en la cabeza de la verga, luego se quedaba masajeándole el ojete con su pija envaselinada y se la hacía entrar con suaves enviones mientras decía cosas -Aquí esta tu macho putita, el que te coje mejor. -¡Que divina cueva que tenés mi amor. -¡Que hermoso ojete para mi pija dura, te lo llenaré de leche!. Todo esto hacía y decía siempre, con suma delicadeza le mandaba la pija hasta los pelos y una vez que estaba adentro toda, se quedaba quieto disfrutando por tener a la gallina bien ensartada en su pija y como todos sabemos, cuando la pija está dura como garrote, produce unos espasmos, esa especie de latidos, esos espasmos hacían que la gallina se ...
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