El sexo anodino II
Fecha: 02/04/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: isabelbv, Fuente: CuentoRelatos
Vladislav, un nuevo amigo
Solo dos días tardé en llamar a Mario, justo cuando me desaparecieron las agujetas del anterior encuentro, pues la verdad es que me dejó el cuerpo molido y la excitación de una jovencita en celo.
Nada más coger el teléfono me dijo que estaba muy contento de que le hubiese llamado tan pronto, que estaba seguro de que le llamaría pero que no esperaba que fuese a los dos días; le pregunté por cuando podríamos volver a vernos, fui sincera y le dije que estaba impaciente, Mario me indicó que me llamaría en dos minutos, que tenía que hablar urgentemente con un amigo que había llegado esa misma mañana de Belgrado. Pasados cinco minutos sonó mi móvil y era él, me dijo que me fuese de momento su casa, que me estaría esperando. Durante el camino a su casa la excitación me invadía todo el cuerpo recordando lo que me había hecho dos días atrás.
Llamé a su puerta y la abrió en seguida haciéndome pasar. Me quedé algo sorprendida cuando vi a otro hombre dentro de su casa, Mario nos presentó: “el es mi amigo Vladislav, ella es Ana, la amiga que te dije que le encantaba la música de tu país”, le saludé y me senté en el sofá junto a su lado, me quedé callada observando como tenía Mario adornada su casa, por el desorden se notaba que era el piso de un soltero, combinaba adornos de los más variopintos, sin ton ni son, cosas de lo más modernas con adornos étnicos y rurales. Mario comenzó a quitarse la camisa y nos preguntó “¿a que esperáis? ¿por qué no os vais ...
... desnudando?”; me quedé desconcertada, le pregunté que era lo que estaba pasando, que cuando pensaba irse su amigo, Mario me respondió: “no se va a ir, le hablé de ti y de lo putita que eras y me dijo que le apetecería follarte, seguro que no te han follado nunca dos tíos a la vez, te gustará”; eso me contrarió, le dije que no pensaba hacerlo con los dos, que o se iba su amigo o me iba yo. Mario me sujetó de los brazos y me dijo que lo que yo estaba diciendo era una tontería, que con los dos disfrutaría el doble y conocería nuevas experiencias, además, me sugirió que oyese una cosa, algo que tenía grabado en su móvil, dijo que estaba seguro de que la guarrilla que se oía jadeando y gritando era una zorrita muy caliente a la que de seguro le gustaría probar dos poyas a la vez; el muy cabrón había grabado el sonido de todo lo que ocurrió en nuestro encuentro anterior; era evidente para mí que al mostrarme la grabación me estaba chantajeando e insinuando que se la podría mostrar a cualquiera, incluso a mi marido. Yo le dije que hiciese lo que quisiera, que era un cerdo y que no dejaría que me chantajeara, abrí la puerta y salí de su casa.
La situación que me había propuesto Mario había sido a menudo una de mis fantasías sexuales con las que me había excitado, pero pensar en que ahora se podían cumplir me daba miedo, aunque muchas veces había deseado probar el que me penetrasen por detrás me daba miedo el dolor que me podía producir; si, muchas veces había fantaseado con eso, ...