La historia de Ángel, solo era un muchacho (25)
Fecha: 05/03/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... duros.
-Claro nene, tu eres delicado y suave, un hermoso ejemplar para tenerlo bien guardado. -había comenzado a acariciarme el muslo con una mano mientras que con la otra me sujetaba del hombre estrechándome en su pecho.
-Eliseo, no podemos, no sigas.
-¿Por qué no? ¿Soy tan desagradable? ¿No te gusto nada, nada? -parecía herido por mi negativa pero no me soltaba.
-No se trata de eso Elíseo, en realidad si me gustas pero están Pablo y Álvaro, entiéndeme. -me había cogido la mano con la suya izquierda y la llevó encima de su bragueta, notaba la barra de dura y palpitante carne .
-Solo quiero un poco de cariño, no te estoy pidiendo que seas mi amante y dejes a tus hombres por mi, mira como me tienes. -no podía comprender muy bien lo que le pasaba a aquel hombre, podría tener cualquier mujer que se le encaprichara, y algunos hombres si los quería también, y se había ido a encapuchar del novio de su sobrino.
No retiré la mano, no podía hacerlo y el calor nos fundía a través de la dura tela. Se abrió la bragueta de un tirón y apareció el slip de color azul que llevaba puesto.
-Mete la mano, cógela un poco bonito, espera ansiosa tus caricias. -sabía que no debía hacerlo que terminaría despertando los demonios del primitivo deseo, pero la tentación era mas fuerte que mis convicciones y empecé a pasarle la mano por encima de la tela en toda su longitud.
-¡Ohhh! Qué rico siento mi nene. -sentía como se le iba engordando más y más hasta que el glande apareció ...
... por encima de la cintura de goma.
Me incliné para observarlo, era muy gordo y partido por la mitad en una raja profunda, de la boquita rosada le salía un hilo de jugos que brillaban, una pura tentación para meterlo en la boca y chuparlo aunque entraría llenándome. Le pasé el dedo por la boquita y recogí el jugo que le salía llevándomelo a los labios.
-¿Te gusta, te sabe rico?, siempre tiro cantidad de precum. -me soltó del hombro y con las dos manos se bajó los pantalones y el slip estirándose sobre el asiento.
Tenía la verga a tope y en pleno esplendor, si que era algo más grande que la de Pablo, en longitud y grosor, con potentes y sobresalientes venas cruzándole.
Llevé la mano y le cogí el glande envolviéndolo con los jugos que sacaba.
-¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Sí, sigue, sóbame los huevos amor, me duelen. -debajo del pene y envueltas en negros vellos sus pelotas se movían con vida propia, sus huevos eran enormes, los sostuve en la mano y no podía cerrarla conteniéndolos.
Se los sobé un momento y volví a cogerle el rabo para bajarle el prepucio y mirarle todo el glande al descubierto, era una verga prodigiosa, aún en esa postura sentado donde no podía enseñarla entera.
No podía apartar los ojos de su inmenso glande, y le baje y subí varias veces el prepucio masturbándole, asombrado del riachuelo de precum que le bajaba ensuciándome la mano.
-¡Oh! ¡Oh! Tu manita es una delicia, dale precioso, dale, tengo los huevos rellenos y no aguanto. -mi mano no llegaba a ...