Estrenando un nuevo juguete con Víctor
Fecha: 27/02/2018,
Categorías:
Anal
Masturbación
Sexo con Maduras
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... listo”. Le dije. Víctor abrió los ojos y vio que yo me estaba colocando un arnés en la cintura, con una gruesa verga de silicona; un juguete flamante, regalado obviamente, por mi amiga Helena…Mi adorado maridito cambió su expresión, viendo que yo iba a meterle esa enorme cosa por el culo; pero se dejó hacer; evidentemente, su calentura podía más…Lubriqué bien el pedazo de silicona con un aceite corporal y con mis dedos unté también la entrada anal de Víctor, quien se relajó y me dejó hacer lo que yo tanto quería…“Sé lo que vas a sentir bien duro adentro”.. Le dije. “Pero te va a gustar…”Coloqué la punta bien lubricada en la entrada del culo y comencé nuevamente a acariciarle la verga, que seguía muy dura. Me impulsé hacia adelante empujando despacio, pero encontré cierta resistencia.“Tranquilo, amor, al principio duele un poco, pero después vas a gozar”Él intentó relajar sus músculos. Tomándose las nalgas las separó para facilitar la entrada, notando como después de otro leve empujón la cabeza de la verga negra entraba en su culo.Se quejó un poco de dolor, mientras sentía cómo yo empujaba cada vez más, sacando y metiendo lentamente esa cosa enorme de su culo, entrando cada vez más profundamente.Yo estaba disfrutando con el espectáculo y me encontraba como una perra en celo, con mi concha totalmente mojada. A la vez que sodomizaba a Víctor, empecé a jugar con mi clítoris, que estaba inflamado como nunca. Mientras la verga había llegado por fin a quedar entera dentro de su ...
... culo.“Ahora que entró completa, vamos a acelerar un poco el ritmo” Le dije.Comencé a cogerlo más rápido, con embestidas largas, lentas, pajeándolo con una mano al mismo tiempo que me tocaba yo misma.Él estaba empezando a sentir el placer prometido. Movía su cabeza de un lado a otro y jadeaba ya de forma ostensible.“Te gusta, amor?”. Le pregunté, pero no me pudo responder.“Ahora vas a ser mi putita; como yo siempre soy la tuya” Le dije riendo…Continué bombeando su culo con más potencia y ganas. Por sus gemidos sabía que él ya estaba casi a punto. Cuando todos sus músculos se tensaron, entonces dejé de pajearlo; quería que acabara él solo, gracias al placer que le estaba proporcionando esa verga ensartada en su culo.Cuando comenzó a aullar anunciando su inminente orgasmo, le propiné varias embestidas más. Entre alaridos de placer, su semen estalló con tanta furia, que llegó hasta mi cara…Entre sus gemidos y la visión de los largos chorros de semen que salían de su verga, de repente sentí mi propio orgasmo, con una intensidad realmente inusitada. Comencé yo también a gritar como una loca, sin poder controlar mi cuerpo que estallaba sacudido por fuertes convulsiones. Cuando terminé de gozar, aminoré el ritmo de mis embestidas, sin sacarla, convirtiéndolas en leves empujones que hacían que él siguiera disfrutando de los últimos estertores.La saqué muy lentamente, tratando de prolongar un poco más el placer de mi adorado esposo. Lo besé tiernamente, pero él ya se había desmayado