Mi cumpleaños
Fecha: 20/02/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... esto.
De repente, lo soltó.
Dio un paso atrás y empezó a bailar. Era un baile muy muy sugerente, durante el cual Sandra se acariciaba, subía un poco su vestido, movía las caderas como para invitarme a cogerla…
Se giraba y agitaba sus nalgas ante mi cara.
Paró un poco el baile y se acercó de mi, se arrodilló y empezó a hacerme una mamada. Duro unos pequeñísimos instantes, solo el tiempo de ponerme a cien y se paró.
Volvió a bailar un rato.
Se paró de nuevo.
Me miró a los ojos y puso su pie sobre mis cojones, empujando un poco. Hice una mueca y entonces ella aumentó la presión. Levantó un poco más el pie y me puso el tacón de aguja sobre los cojones, fue muy ligero pero suficiente como para que notara el dolor que me podría infligir. Estuvo jugando así un rato más mirando como Antonio oscilaba entre el placer y el dolor, entre la gana de que ella apretase más fuerte y el miedo que se fuera a pasar…
Volvió a bailar un rato y, de nuevo, se paró.
Se subió la minifalda y se sentó en el sofá. Podía ver el triangulito negro de unas braguitas que no conocía.
Ella las apartó un poco, dejando su vulva expuesta y se acarició un rato.
No podía más, quería cogerla y follarla sin esperar y así se lo dije. Ella se río y se levantó, puso un pie en la silla donde estaba sentado y se alzó en equilibrio para que su coño quedara al nivel de mi boca. Me moví un poco e intenté meter mi lengua en este coñito húmedo. Conseguí tocarlo un poco pero ella bajó de ...
... ahí.
Se giró y, todavía con la minifalda levantada, se apoyó sobre mi polla.
Metió la mano y la guio hacía su coño. Dejó solo entrar la cabeza, se movió un poco y se retiró, dejándome medio loco.
Se tumbó frente a mí, y se quitó el tanga que llevaba. Cogió el consolador, le hecho mucho de lubricante, porque era muy gordo, y empezó a jugar con él sobre su coñito. Empezó a hundirlo en ella y con su mano libre, puso en marcha el dedito mágico, como lo llamaba ella, y empezó a acariciarse el clítoris.
Ya tenía el consolador bien a fondo en ella y gemía.
- Mmmmmmmm, Aaaaaaaaaaaah…
Se corrió brutalmente, sacándose el consolador y dejando el dedito mágico. Se enrosco para dejar pasar la hola de placer. Cuando pasó lo que me pareció una eternidad, le dije:
- Desátame y te haré correrte como a ti te gusta.
- Hoy esto no es para ti, dijo ella, abriendo las piernas enseñándome su coño hinchado de placer.
Se puso de nuevo el tanga, se reajustó la ropa.
- No me puedes dejar así, le dijo él, no te puedes quedar sin recibir tu merecido…
- ¿Quién ha dicho que no recibiría mi merecido?, le contestó.
Me quedé parado. Sonó el timbre de la puerta
Sandra me sonrió y se fue a la puerta. Abrió e hizo una señal a alguien. Tuve que girar mucho la cabeza para poder ver un poco que pasaba.
Paco entró.
Me sentí indefenso.
Paco me saludó mirándome de arriba abajo. Era un compañero de trabajo con el qué hablaba mucho de sexo y de lo que hacíamos con nuestras ...