El enfermito
Fecha: 12/02/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... un degenerado. Así que le prometí portarme bien, para intentar doblar su pensamiento, aunque sea un poco. Ese mismo día pero más temprano me había pegado porque le dejé un preservativo en la cartuchera.
Sole ofreció su casa, porque a todos nos quedaba cerca. Esa noche pensé en cómo hacer para robarme una bombacha o un corpiño de ella. Lo planeé, y en cuanto llegué a la casa, lo primero que se me ocurrió fue pedirle pasar al baño.
¡por el pasillo a la izquierda!, dijo ella con un mate en la mano. Camino al baño vi la puerta de una habitación, y encima de la cama algo de ropa. Era su pieza porque estaban sus zapatos en el suelo.
Ella adivinó mis intenciones y se levantó a cerrar dicha puerta. Me miró mal y me dijo: ¡es ahí el baño tarado!
¡me encantaba verla enojada!
Entré, hice pis, y mientras miraba para todos lados hubo algo que me dejó sin aliento. La cortina de la ducha estaba entreabierta, y colgada de un grifo había una tanga. Sol estaba recién bañada y con el pelo mojado, así que no podía ser de otra persona.
Con el pito al aire corrí hacia ella y la tomé en mis manos. Estaba marroncita, pues, aún no la había lavado. Sentí que la pija podía tocarme la frente cuando me la puse en la nariz y me pajeé sentado en el inodoro; hasta que Sol golpeó la puerta preguntando si estaba bien.
¡Sí pendeja, ya voy!, le dije bastante agitado. En ese preciso momento había empezado a acabarme entre los dedos, ya que su voz provocó la explosión.
Me la vé las ...
... manos, le di un beso a la bombachita y la dejé en su lugar. En menos de lo que creí estábamos haciendo la tarea con las chicas, ya que Dylan no vino y ni avisó.
De repente Cami recibió un llamado al celu y salió al patio a contestar. Yo miré a Sol que leía un libro, y le escribí en un papel: ¡qué linda es la bombacha del baño!
Ella se levantó roja y me pegó una nueva cachetada. Entonces le dejé otro mensaje en el libro: ¡me la guardé en el bolsillo del pantalón nenita!
Más enrojecida aún se levantó rumbo al baño para comprobar si lo que le decía era cierto. Entonces vi su cara de tigresa mientras volvía a pegarme al descubrir mi mentira, aunque esta vez fue una piña en la cara. Sentir el enojo hecho furia de la chica que me gusta es hermoso porque puedo darme cuenta de que le importo. Encima yo sabía que su novio la gorreaba con una piba de 19, que además de ser fea es re turrita.
Cuando ella me pegó la agarré de la cintura y la apoyé contra mi cuerpo. Su corazón palpitaba de rabia. Pero en cuanto le empecé a tocar la espalda, la cola y el pelo se fue calmando como toda una gatita asustada.
¡igual sos un cochino nene, no te presto más el baño!, decía con la voz apagada aunque con dulzura, justo cuando oímos que nuestra compañera regresaba, y nosotros nos despegamos rápidamente.
¡seguro se dio cuenta de todo, pero se hizo la re chota!, me escribió Sol en un papel mientras terminábamos un resumen. Esa noche no pude dejar de pensar en ella rogando que se diera otra ...