Una noche de cumpleaños
Fecha: 09/02/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ver a la sala a través de César, y lo único que alcancé a distinguir en ese momento, fue a mi maridito, acariciándole las piernas a Irene, mientras Elena le sobaba el fierro sobre el pantalón.
Rogelio, se volvió más audaz y levantándose con las hieleras se pegó junto de mí, sentí algo duro en mi muslo, me di cuenta que se había sacado la verga; la tenía dura y me rozaba las caderas. Su amigo se imaginó lo que acontecía y poniéndose un poco ladeado con respecto a mí, me permitió una mayor visión de la sala. Aprovechando que mi esposo ya no estaba de frente a mí, bajé una mano y comencé a masturbar lentamente a Rogelio mientras veía como mi prima le sobaba el bulto a Saúl y él le acariciaba las piernas, mientras Irene había pasado a sentarse directamente frente a mi marido.
Sentía que la situación se estaba yendo al bote de la basura, eran mis primas, mi marido, mi familia… Yo sabía que no estaba nada bien lo que estaba sucediendo, pero entre el alcohol y las situaciones dadas, estaba inmersa y además, lo estaba disfrutando, así que deseché todos mis temores y me deje llevar.
Viendo a César volteado, Rogelio empezó a acariciarme los senos por sobre la blusa, y empezó a decirme que si me gustaba que mi marido me pusiera los cuernos, que si me gustaba hacerlo enfrente de mi marido, que si quería que me mamara las tetras, que si quería que me la metiera por el culo… Todas estas palabras me calentaban más y aceleré mi mano para que se viniera, pero él tenía otras ideas. ...
... Se acercó a César y le dijo:
Es asombroso lo excitante que puede ser una situación así, casi al momento de metérmela, experimenté un orgasmo como pocos. Intenté jalar aire, pero las piernas no me respondían, quedé de pie solo porque él estaba dentro de mí y me detuvo.
Procuré enfocar la vista hacía la sala y logré ver que tanto mi marido como Elena, ya estaban muy metidos como para detenerse. Ella se encontraba hincada entre sus piernas y sostenía la tranca ante su cara, él solamente se dejaba hacer pero ella, empezó a acariciarse el rostro con la verga; se la pasaba sobre sus mejillas y por la nariz, lo levantó y le lamió los testículos. Volteaba de vez en vez a la barra y con esa tranca en su cara, le sonreía a César.
César echó su mano para atrás y atrapo mi otra teta, me pellizcaba el pezón mientras Rogelio seguía bombeándome. Sentí como Rogelio aceleraba sus embestidas y esperé a sentir su semen dentro de mí, pero se salió y colocando su verga sobre mis pompas, eyaculó en la parte baja de mi espalda. Sentí la leche caliente y en ese momento tuve otro delicioso orgasmo; me recargué en la barra y lo disfruté al máximo. Tenía los pezones duros como piedras seguía excitadísima, y ver al ver a mi marido con el aparato entre los senos de Elena, me excité mucho más.
Vi que Rogelio se dirigía baño cuando sentí que César me agarraba por detrás y me colocaba su reata entre las piernas, su mano acariciaba mi ano y me lamía detrás de los oídos; parecía un pulpo, lo sentía ...