Patas arriba (XV) - Relatos Eróticos

Patas arriba (XV)

... no hablemos entre países o incluso continentes. Un helado de recompensa y después de otro día maravilloso con mi hermanito, lo llevé a su casa. De regreso a mi hogar me sentí muy mal, porque habría estado de puta madre que Vanya viniera con nosotros y reírnos los tres como el día del cine, pero no, el muy gilipollas tiene que estar celoso, pero bueno, espero que me haya echado de menos tanto como yo lo he echado de menos a él...

Iván

Parece que mi novio por fin regresa, estar solo después de tenerle es lo peor que me ha pasado, peor incluso que cuando lo mandaron a Finisterre, porque esta vez era él quien no quería estar conmigo, fue su decisión, no algo impuesto. Aunque Ylian intentaba alegrarme el día, no lo logró, porque mi felicidad es mi chico, además, tengo que admitir que lo expresivo del cariño de Ricar también lo echo en falta, una semana de mi Ricar seco y distante, aunque sólo sea en privado, me ha hecho ver que lo que tengo es amor, ahora me trata como si yo fuera Ylian, duerme vestido y no me ve cuando me desnudo, evita compartir el baño conmigo y no permanece mucho tiempo conmigo en nuestra habitación, pero esta noche no será así, esta noche me encargaré de hacerle entender que lo amo y que lamento todo esto, necesito volverme a sentirme unido a él, cerrar este capítulo y olvidar este tonto arranque de celos de una vez.

Ester

Ya han pasado tres semanas, hace dos semanas que veo poco a Aurora porque ya empezaron las clases, aunque no tenemos ...

... trabajos ni nada por ahora, hay que ir a clases y eso nos quita mucho del tiempo que teníamos durante las vacaciones para estar juntas. Ya he tomado mi decisión y las dos llegamos a un acuerdo: no tocaríamos el tema hasta estar listas, por eso nos daríamos un regalo para que la otra supiera cuando era el momento, hace tres días recibí un oso de felpa que abrazaba una chocolatina y una rosa roja, para mí era evidente el significado del regalo, y como ya decidí lo que quiero, es mi momento de darle el regalo, lo difícil es saber qué darle. La ventaja es que tengo un as bajo la manga: Cami, es mi amigo de la infancia, sé lo detallista que puede llegar a ser y sé que puedo contar con él.

Cami no me coge el móvil, eso significa que está en su sitio de relajación y reflexión, que él cree que nadie conoce, pero no es lo mismo no querer molestarlo cuando está allí que no saber dónde está.

- Cami, ¿qué pasa? -lo saludé al llegar.

- ¡Ester! ¿tú también sabes de este lugar? Jo, ya no puede uno tener un sitio secreto...

- No llores, tío, que la sombra de un árbol a la orilla de uno de los caminos del Retiro no es muy secreto que digamos -le dije entre risas-, necesito tu ayuda, tronco.

- Pues ya que estamos, dime para qué soy bueno.

- Verás, quiero hacerle un regalo a Aurora, pero no se me ocurre el qué...

- La pregunta entonces sería, ¿quieres darle un regalo tonto de noviazgo o algo que le sirva?

- Preferiría algo que le sirva, la verdad -esta vez ella tuvo el detalle ...