1. Atracción incontenible


    Fecha: 24/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Vero, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando una mujer llega a una cierta edad, los impulsos sexuales se hacen cada vez más fuertes y una desea tener sexo con un hombre. Pero a veces no se imagina con quien encontrará el placer del sexo y llegará a disfrutar momentos inolvidables.
    
    Soy una chica de 20 años, mi nombre es Vero, vivo con mi mamá y un hermano mayor que yo, él tiene 23 años y se llama Diego. Ambos estudiamos en la universidad.
    
    A los 18 tuve un novio con el cual tuve mi primera relación sexual, ambos éramos principiantes en esto, tenía mi misma edad, por eso creo que no fue la gran cosa, aparte de que perdí la virginidad. Desde esa fecha salía con amigos, tuve otros novios, pero con ninguno paso más allá de los besos.
    
    Con mi hermano siempre fuimos unidos, más aún desde que mi papá nos dejó, por eso creo que se dieron las cosas que voy a contarles. Algunas veces cuando no teníamos tarea que hacer con Diego nos poníamos a ver tele, alguna película, y cuando pasaban los comerciales, él me empezaba a molestar, empujándome o golpeándome con un almohadón, yo le devolvía los golpes, todo en plan de juego. Yo soy muy cosquillosa, cosa que él aprovechaba para hacerme cosquillas, yo le pedía que pare que no podía más de la risa.
    
    Y esto ocurría con frecuencia. Una tarde en que estábamos charlando en mi habitación, le hice comentarios de la chica con la que la había visto ese día, y él haciéndose el ofendido me tumbo en la cama y no paro de hacerme cosquillas, yo le devolvía haciéndole también ...
    ... cosquillas, y ambos terminamos agotados de tanto reír, y ya tumbados en la cama jadeando de la batalla que habíamos tenido, él no sé si a propósito o no, puso su mano sobre mi pecho y yo me quedé helada, ya que hace mucho que no sentía la mano de un hombre sobre mi cuerpo, él se quedó un rato así y luego me lo apretujó un poco, eso me sobresaltó y me produjo un estremecimiento, mi hermano me estaba acariciando. Nos miramos sin decir nada, acercó su rostro y me estampó un beso en plena boca y se levantó y salió de mi habitación. Me quede perpleja, ¿por qué mi hermano había hecho eso?, y además ¿por qué había sentido ese calor cuando me toco?
    
    Pasaron varios días en que estuvimos como evitándonos, como si nos sintiéramos culpables. Pero una noche recuerdo que fue jueves, mi mamá salió de visita a casa de una amiga, entonces al quedar solos ya no pudimos evitarnos. Él me preguntó de cómo me iba en mis clases, yo le respondía, pero esa conversación no tenía sentido. Entonces no se podía hacer como que nada sucedió. Con algo de nerviosismo Diego dijo
    
    —Disculpa por lo del otro día, no sé por qué lo hice
    
    —está bien, no te preocupes —pero que estaba diciendo, no era eso lo que quería responder
    
    —pero… lo cierto es que… —y se quedó mirándome, sin atreverse a continuar.
    
    Yo como sabiendo lo que quería decir, tal vez intuición femenina, terminé la frase que él había iniciado
    
    —lo cierto es que… eso… nos gustó a los dos ¿verdad? —dije lentamente y con un tono suave de voz, como ...
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