pervirtiendo a una nena inocente 14
Fecha: 24/01/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues
... Estas preguntas la atormentaban, su mente daba vueltas, sentía coraje consigo misma, debía de haber sido más audaz, si eso era, tenía que ser lo que un amigo gay le dijo una vez “Querida, la mujer debe ser tres cosas para un hombre: la primera una dama en la sociedad, la segunda un chef en la cocina y la tercera y más importante una puta en la cama” esa idea le daba vueltas, debió haber sido esa puta en la cama, las otras dos cosas siempre lo fue. Sus ojos seguían llorando de coraje e impotencia y de repente sintió algo, algo diferente, la mano de Samuel se posicionó sobre su cadera, no fue algo fortuito, la mano la sujetaba con firmeza, esa misma sensación que sentía cuando Alvarado quería sexo con ella. Margarita confirmo sus sospechas cuando sintió como entre sus nalgas una erección adolescente se desarrollaba, podía sentir como el pulso de sangre lo iba llenado hasta dejarlo duro como roca, era grande para su edad, tenía la genética del padre, podría satisfacer a cualquier escuincla mugrosa de su escuela; después sintió el movimiento tímido del muchacho, cómo sus caderas hacía pequeños movimientos desplazando el pene entre sus nalgas, ella no se movía, solo sentía como su hijo la disfrutaba, escucho su respiración acelerarse, sintió la respiración adolescente en su nuca y como la mano oprimió más su cadera. El movimiento de Samuel ya era más pleno, la mano oprimía y acariciaba la cadera, Margarita se dejaba hacer, por alguna razón (venganza, odio o despecho) sentía que ...
... lo debía dejar hacer, si su esposo le había “enseñado” a su hija, ¿por qué ella no podía hacer lo mismo con su hijo? Con esa pregunta retórica continúo quieta. se sintió sorprendida cuando la mano de Samuel lentamente bajo por su muslo hasta llegar al borde la bata de dormir y la fue subiendo hasta por arriba de la cintura, la mano regreso al muslo y lo acarició de forma lenta y suave, era como si disfrutara de su máxima fantasía mientras lo hacía, Margarita no pudo evitar sentir calor en su raja, más cuando la mano después de acariciar su muslo se dirigió hacia adelante llegando a su entrepierna acariciando ahora con el mismo amor a su rajita por encima de la suave pantaleta de algodón. ‐ Aaahhh Margarita sin poder evitarlo gimió, en ese momento se puso a pensar cuando había sido la última vez que Alvarado se la cogió, haciendo memoria habían pasado cerca de tres semanas, su vida marital había dejado el sexo como tercer término, ahora solo se conformaba con besos o caricias tranquilas, eso estaba bien para ella y aparentemente para él. La mano de Samuel palpó la humedad de la raja materna y sintió como su pene brincó cuando su madre separa un poco las piernas, facilitando la masturbación ‐ Aaahhh Ella volvió a gemir, y su cadera se movió disimuladamente al ritmo lento de la mano de su hijo, que además de mover la mano movía la cadera, desplazando la verga sobre la pantaleta materna, margarita tenía ambas manos cerca de su cara, sostenía las sábanas para evitar que se movieran ...