Vestuario masculino y empleadas de limpieza 2.
Fecha: 19/01/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... Continuó un poco más, mientras se soltaba y me acariciaba los huevos y el cuerpo, en un momento dado dijo: “Joder! La tienes enorme y muy apetecible, además me encanta que tengas el glande así visible en todo momento, mhhhhh”. Yo solo sonreí y le dije: “Gracias” “Por un ratito soy tuyo para que disfrutes de mi como te apetezca” y le metí las manos debajo de su falda, llegando hasta las bragas para introducirme también dentro de ellas y sobarle el culo y chochete todo lo que permitía el hándicap de su uniforme. Pero cuál fue mi sorpresa cuando vi que se agachaba demostrando que lo que realmente deseaba era llevársela a la boca. Antes de continuar, hay que decir que la suplente era una chica de unos treinta años, de altura muy parecida a la de su compañera, normal en todos los aspectos, ni guapa ni fea, aunque si que tenía una cara que imantaba y rasgo por rasgo no tenía ninguno feo. Llamaba la atención el color muy rojo de sus labios sin estar pintados que los hacía parecer más grandes y carnosos, lo otro más destacable que se le veía a pesar de su uniforme era un culo bastante respingón que le sobresalía. La suplente me sorprendió gratamente pues era mucho más hábil con la boca que con la mano. Se notaba que comer pollas era su fuerte, que ella lo sabía y se encontraba cómoda haciéndolo. Mi polla le entraba aproximadamente a la mitad dentro de su boca, y aunque me estaba proporcionando mucho placer pues se desenvolvía muy bien con la lengua y la chupaba con verdadero ...
... empeño, yo lo que deseaba era introducírsela más adentro, así que empujaba con mis manos ligeramente su cabeza contra mi, pero con cuidado para que no se atragantara. Entonces como si el cielo escuchase mis peticiones, cuando ya estuvo mucho más suelta, la suplente se introdujo la polla por la garganta y se la tragó enterita como una verdadera profesional del porno hasta el final. No hay demasiadas chicas que sepan hacer eso, pues requiere de entrenamiento, técnica, una pasión especial por comer pollas y muchas ganas de agradar al hombre. Cualidades todas ellas, que según estaba demostrando la suplente, no solo cumplía sobradamente, sino que se veía que las disfrutaba apasionadamente. Que una tía te coma la polla así, es lo que verdaderamente marca la diferencia y el placer experimentado no tiene nada que ver con que te lo hagan sin llegar a ese nivel de habilidad y destreza. Lógicamente no pueden pasarse mucho tiempo, tan solo unos segundos con la polla metida hasta la tráquea porque durante esos momentos no pueden respirar, así que van alternando entre chupar la parte que le cabe en la boca y de cuando en cuando, hacen el esfuerzo y se la introducen bajando por la garganta y con los labios llegando a tocarte los huevos y el pubis, y aunque solo pueden aguantar unos segundos la sensación es parecida a estar dentro de un coño o incluso yo aseguraría que aún mejor. De repente alcé la vista y pude ver a Marta, que estaba frente a nosotros y no se perdía detalle de la soberbia mamada ...