Don Ramón Ríos y sus diecisiete mujeres
Fecha: 16/01/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Rubén era un hombre de 30 años, gordito. El día que le tocó la lotería su vida empezó a cambiar. Se compró un local y en él montó un pub en el que puso detrás de la barra, y como anzuelo, a dos brasileñas, Marcia y Flavia. No llegaban a los 20 años y eran delgadas, tetonas, culonas y guapas.
Un mes más tarde otras dos jovencitas, Graciela, venezolana y Eva argentina que tenían cuerpos de infarto se unieron a las brasileñas detrás de la barra para atender a las docenas de clientes que llenaban el pub Paraíso.
Una semana más tarde, después de cerrar el pub y haciendo caja, le dijo Graciela a Rubén.
-¿Sabía que trae loquitas a Marcia a Flavia y a Eva?
Rubén, se lo tomó a broma. Nunca despertara pasiones entre las mujeres, y por mucho traje de Armani que llevase y mucho perfume caro que se pusiese, no dejaba de ser un hombre corriente.
-Seguro, y a ti te late el chochito cada vez que me miras.
-No, pero no me importaría que me lo hiciese latir.
Rubén le miró para aquel escote que mostraba el comienzo de unas tremendas tetas, y le dijo:
-No me provoques que soy de los que andan muy necesitados.
-Hoy, si me deja, le quito las ganas, pero antes le voy a hablar de algo que le puede dar mucho dinero.
-Soy todo oídos
-¿Por qué no contrata más chicas para los y las que necesitan sexo?
-¿Chicas de compañía?
-Sí, con una docena se forraría. Le darían la mayor parte de sus ganancias. Las probaría a todas. Sería la envidia de sus amigos.
Ser ...
... proxeneta era la gran fantasía de Rubén. Ser proxeneta y que las chicas se enamoraran de él.
-La idea me gusta, pero, ¿qué ganas tú con esto?
-Se gana más de meretriz que sirviendo copas.
-¡Ahí me has dado!
Acabaron de hacer caja, y le dijo Rubén a Graciela:
-¿No me ibas a quitar las ganas?
Graciela le cogió el paquete.
-Y se las voy a quitar.
Graciela, se arrodilló, le abrió la bragueta, sacó la polla morcillona, la metió en la boca, y meneándola y mamándola se la puso dura...
Rubén le bajó las bragas, la levantó en alto en peso, la sentó en la barra, le quitó la camiseta, le comió las tetas y después el coño. Lo estaba haciendo con tanta dulzura que Graciela se sintió amada de verdad por primera vez en sus 19 años de vida. Rubén, sin proponérselo, no la estaba follando, le estaba haciendo el amor y Graciela se estaba enamorando.
Al rato, Rubén estaba desnudo sobre la alfombra del pub. Graciela, encima de él, lo follaba lentamente. De repente, movió su culo de atrás hacia delante con rapidez, besó a Rubén, y le dijo.
-¡Te quiero!
Rubén, le dijo:
-¿Te vas a correr para mí?
-¡Azótame el culo con fuerza!
Rubén le dio con ganas.
-¡¡Plas, plas, plas!!
-¡Más, amor mío, más, más y con más fuerza!
Le dio como la muchacha quería.
-¡¡¡Plas, plas, plas!!!
Al ratito, Graciela, exclamaba:
-¡¡¡Me vengo!!!
Graciela, retorciéndose de gusto descargó el pequeño torrente de jugo de su corrida sobre la polla de Rubén, pequeño torrente ...