1. Nuestra amiga argentina no perdona ni al portero


    Fecha: 16/01/2018, Categorías: Lesbianas Autor: dantraloco, Fuente: CuentoRelatos

    ... idea de seguir jodiendo a Juan, y cuando se me pone algo en la cabeza, ¡cagué! no sabía qué hacer para que me avanzara o no sé qué, pero algo quería hacer, pero tampoco me animaba mucho, era el encargado del edificio, si se entera mi viejo ¡me mata! Pero la idea de hacer “algo” me seguía dando vueltas en la cabeza, no se ¿me entienden cuando nos pasa eso?
    
    La cosa es que se me ocurre una boludez, me pongo la pollerita, una remera cerrada, pero sin corpiño, zapatillas y bajo, y estaba Juan
    
    Juan: Hola nena, te vas a enfermar de salir así vestida, antes no te vestías así.
    
    Yo: que Juan ¿no te gusta?
    
    Juan: si nena, pero ¿dónde vas así?
    
    Yo: a la ferretería porque se me quemó la bombita de la lámpara de mi cuarto (cualquier boludez).
    
    Juan: pero las ferreterías están cerradas los sábados a la tarde por acá.
    
    Yo: ah ¿y que hago?
    
    Juan: Si querés te doy una yo, o te vas a Easy
    
    Yo: no Juan, dame una vos, ¿dónde las tenés?
    
    Juan: en el cuarto de máquinas
    
    Yo: Bueno vamos
    
    Ahí, es donde empezó la cosa, al cuarto de máquinas, obvio yo nunca había ido. Hay que ir al garaje y de ahí sale un pasillito que da a ese cuarto, Yo iba atrás de Juan, no sé porque, ¡me podría haber quedad en el Hal!, cuando llego era un cuarto lleno de boludeces, con un sillón (se ve que ahí duerme el que va los domingos), y solo con una bombita.
    
    Juan me dice que las bombitas están en esa estantería (me la señala), pero que habían puesto (no se para que mierda) una mesa que le ...
    ... habían dado delante de esa estantería, que él no se quería subir a la mesa porque tenía miedo de romperla.
    
    Me dice que me suba y le alcance la bombita, la verdad no sabía que estaba haciendo, solo el hecho de estar ahí, me calentaba, aparte estaba casi en bolas, sin corpiño y con esa pollerita.
    
    Bueno me subo a la mesa, ahí Juan obviamente me vio la bombachita, le doy la bombita y me dice “sentate acá nena” (en la mesa).
    
    Me siento en la mesa, me pone sus manos en mi pierna y me dice más o menos así:
    
    Juan: mira nena, está todo bien, pero yo a las pendejas como vos las conozco mucho, decime ¿qué es lo que querés?
    
    Yo: Nada Juan solo la bombita.
    
    Juan: Nena, estoy seguro que si subo no tenés ninguna bombita quemada, y sos demasiado fina para estar en este lugar y yo tocándote las gambas (es bruto hablando)
    
    En ese momento me di cuenta lo que estaba por hacer, por una lado ya me daba calentura estar en ese lugar, me sentía desnuda frente a él, porque (las mujeres lo sabemos) estas polleras cuando una se sienta, se suben y faltara poco ¡para que se me viera la bombacha!, que Juan con esas manos grandes que tiene me estuviera tocando las piernas, pero por otro lado ¡era una locura!, seguro ahí se cogió a las chicas que limpian en el edificio, ¡yo iba a hacer lo mismo que ellas! no es por nada pero no puedo ser tan puta.
    
    Yo: está bien Juan, tenés razón, no sé lo que hago, perdóname, pero porfi no le digas a nadie que estuve acá.
    
    Juan: nena, no se lo digo a nadie, ...